Georges Marchais busca su sucesor al frente de los comunistas franceses

El 280 Congreso del Partido Comunista Francés (PCF) se ha iniciado en Saint-Ouen, en los alrededores de París, con los objetivos de liquidar el llamado "centralismo democrático" y de buscar un sucesor a Georges Marchais, secretario general de la organización desde 1972. Respecto a la primera cuestión no hay misterio: el modelo bolchevique de organización se da, oficialmente, por agotado. El segundo objetivo parece destinado a alcanzarse a través de tres candidatos de la actual cúpula: Pierre Zarka, Alain Bocquet y Francis Wurtz.El modelo de partido centralizado, en el que la dirección controla todos los debates y sus tesis ahogan las de los disidentes, se quiere presentar como anticuado. En la práctica, la manera como se está elaborando la sucesión de Marchais contradice esa voluntad. Oficialmente, no hay ni candidatos ni candidaturas. El comunista renovador Philippe Herzog, un economista alérgico a la nacionalización sistemática, se propuso como candidato a la secretaría general el pasado mes de noviembre: la dirección se limitó a hacer oídos sordos. Los también renovadores Guy Hermier y Charles Fiterman han intentado que la democracia interna fuese el eje del congreso: tampoco han sido escuchados.

Pierre Zarka es el actual director adjunto del órgano oficial del PCF, L'Humanité. Alain Bocquet es ahora presidente del grupo comunista en el Parlamento y casi el único de los diputados cuya disciplina de voto respecto a las tesis de la dirección está fuera de duda. Francis Wurtz es un muy fiel portavoz de las posiciones oficiales en el Parlamento Europeo de Estrasburgo. Si esos tres cuarentones no llegan a resolver la cuestión del reparto del poder entre ellos, se recurriría, una vez más, a André Lajoinie, quien, como cabeza de lista presidencial de 1988, logró el peor resultado de la historia electoral del PCF: el 6,7%.

Sobre el 28º, congreso pesa, pues, la duda de si llevará al enquistamiento del PCF como mero partido de protesta y refugio de descontentos, o si abrirá la puerta a la renovación.