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Fumar en cualquier rincón de la red del metro puede costar hasta 86.000 pesetas

La prohibición de fumar dentro de los vagones del metro se ha extendido. El cumplimiento del nuevo reglamento de viajeros aprobado por la Comunidad de Madrid eliminaría cigarros encendidos en cada rincón de la red del metro madrileño, que tiene una longitud de 113 kilómetros. Las infracciones a esta norma pueden ser sancionadas con multas que oscilan entre las 5.000 y las 86.000 pesetas.Hasta ahora, sólo se prohibía fumar en el interior de los vagones y en las escaleras mecánicas, aunque únicamente se sancionaba a los viajeros que eran sorprendidos dentro del vagón con multas de 2.500 pesetas. En el resto de las instalaciones se colocaron pegatinas en las que se recomendaba o se pedía no fumar, pero en la práctica muchos viajeros hacían caso omiso de las mismas.

El nuevo reglamento, que entró en vigor el pasado 10 de diciembre, limita, además, a tres horas el tiempo que los usuarios pueden permanecer dentro de las instalaciones de la red del suburbano con un billete sencillo o un bonometro. Los viajeros desprovistos de su correspondiente billete serán sancionados, como hasta ahora, con multas de 20 veces el precio del billete (2.500 pesetas).

Los empleados de Metro tendrán la consideración de agentes de la autoridad en lo que se refiere a hacer cumplir las normas que establece el reglamento. Estos trabajadores tampoco podrán fumar en las instalaciones, salvo en los espacios de descanso que la compañía autorice expresamente, para lo que se dictarán normas de carácter interno.

No está previsto que existan este tipo de reservados para los viajeros, ya que el, Consorcio de Transportes entiende que un viaje en metro raramente dura más de una hora. La legislación sólo obliga a que existan estos espacios cuando el trayecto es superior a una hora, según explica un responsable del Consorcio.

PASA A LA PÁGINA 3

Una pasajera llega hasta la ONU para exigir la prohibición de fumar en el metro

VIENE DE LA PÁGINA 1Una usuaria del metro ha llegado hasta la ONU en su particular cruzada antitabaco en el ferrocarril metropolitano de Madrid. Margarita Senechal lleva años reclamando en todas las instancias posibles, desde la Corona hasta el Congreso, para que se aplique de forma eficaz la prohibición de fumar en las instalaciones del metro. La Comunidad de Madrid ha aprobado ahora un nuevo reglamento que establece multas que van desde las 5.000 hasta las 86.000 pesetas para los que sean sorprendidos con el cigarro en la mano.

Hasta la aprobación del nuevo reglamento sólo estaba prohibido fumar en los trenes y escaleras mecánicas. En el resto de las instalaciones era imposible sancionar a los infractores porque el reglamento no lo preveía, explica un portavoz de la compañía de transporte público.

Margarita Senechal, conocedora de esta circunstancia y fiel a su empeño, intentó el pasado 7 de octubre presentar en la comisaría de Ventas una denuncia contra el gerente del Consorcio de Transportes, Fidel Angulo, aunque no le fue admitida a trámite. Era su penúltimo intento de presionar a la Comunidad de Madrid para que tomase cartas en el asunto.

Antes de esto había enviado casi medio centenar de reclamaciones al Consorcio. "Hemos recibido de esta señora 40 o 50 cartas en las que se incluyen copias de telegramas al Rey, a varios ministros, a la ONU y a la Comunidad Europea, todas con la misma petición", indica Francisco Gutiérrez, jefe de Relaciones Institucionales del Consorcio.

El pasado diciembre, Margarita obtuvo la respuesta que esperaba: el Consorcio incluía en el reglamento la prohibición de fumar en todas las instalaciones del metro.

La Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres prohibe fumar en los transportes públicos, pero no especifica si un pasillo del metro se considera transporte. El nuevo reglamento aclara este punto, aunque no especifica dónde comienzan las instalaciones de la red del metro. En opinión de Francisco Gutiérrez, en la práctica se debe considerar que la prohibición empiece a partir de los torniquetes de acceso. El vestíbulo anterior se convertirá así en el lugar donde los fumadores podrán apurar las últimas caladas.

Permanencia en el metro

Mientras, la norma que limita a tres horas el tiempo de estancia en el metro con un billete no puede aplicarse aún, ya que en los billetes no aparece ninguna indicación sobre la hora de entrada. Cuando, a partir del verano, comience a unificarse el billetaje de Metro y EMT, se modificarán las máquinas controladoras para que impriman la hora y la norma será efectiva. Esta disposición es un arma más para regular la venta ambulante, reconoce Francisco Gutiérrez.

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