Els Joglars abre la temporada del Albéniz con una criticá al teatro

En una ocasión, el gerente del teatro en el que trabajaba una compañía de teatro catalán se dirigió al director para indicarle que sus actores debían llevar un distintivo para poder entrar a trabajar. El grupo teatral era Els Joglars; el director, Albert Boadella, y ese absurdo se convirtió en el germen de El Nacional, la obra que abre la temporada en el teatro Albéniz, el único de la capital que depende de la Comunidad.

No será Els Joglars el único lujo que, se permita este teatro. Este año acogerá espectáculos de danza, habrá abonos y otorgará premios. Albert Boadella, el alma de Els Joglars desde hace 32 años, "abre las tripas" en su último montaje: plasma su rencor hacia los teatros nacionales y la sensación de que su oficio agoniza. Llega a fusilar a un crítico en escena.Para este autor, se ha llegado a una "mentalidad en la que lo más importante de todo es lo que está detrás del escena-. rio", y se refiere, por ejemplo, a la burocracia o a los edificios faraónicos que han sustituido a las carretas de los cómicos. También se queja de la "estúpida vanidad de los profesionales del oficio que han querido ser algo más que simples bufones".

El protagonsita de El Nacional es un viejo acomodador, don Josep, que intenta resucitar el arte teatral con indigentes y músicos del metro. "Y con el Rigoletto, que es lo que somos todos los actores aunque nos creamos otra cosa", afirma Boadella. Esta ópera de Verdi también tiene su importancia en El Nacional.

Para él, el teatro es un oficio de canallas, payasos y bufones, y no de los actores intelectuales y realistas "que han degenerado la profesión hasta convertirla en un arte para funcionarios".

Cuando Els Joglars abandone el Albéniz llegará Juan Echanove con su Cerdo. Después, la compañía de Juliet Serrano; luego, la Passion, de grupo Momix, y en abril habr una gala internacional de dan za. Además, se podrán adqui rir abonos: de 5.000, 8.000 y 10.000, pesetas para tres, cinc o siete espectáculos.