Las reticencias alemanas retrasan la incorporación de TVE a Arte
"¿España podrá entrar?" fue, a principios de año, la pregunta del rotativo berlinés Die Tageszeitung. Se trata de la participación de TVE en Arte, la prestigiosa cadena cultural de la televisión pública francesa y alemana. Esta cadena concebida como producto de calidad de la televisión pública sigue aplazando la decisión sobre la participación de TVE en sus programas. La ampliación de Arte se ve dificultada por cuestiones económicas y la primacía de los intereses nacionales sobre los europeos.
Arte, el canal cultural franco-alemán, empezó a emitir programas culturales en mayo de 1992. Desde entonces, durante siete días semanales y más de siete horas diarias, ha ofrecido un selecto menú de cine de autor, documentales, conciertos, programas didácticos, y desde, principios de año también del primer programa científico binacional, Archimedes. Arte, que desde marzo de 1993 cuenta con un miembro asociado, RTBF, la televisión francófona de Bélgica, dispone de un presupuesto anual que supera los 50.000 millones de pesetas, un 50% para las dos cadenas de la televisión pública alemana, ARD y ZDF, y un 50% por La Sept, la cadena estatal francesa. El canal culturales financiado básicamente mediante la contribución de los televidentes: unas 50 pesetas del recibo mensual son destinadas al canal de cultura. Aunque por presupuesto y audiencia se trata de un canal pequeño, su prestigio y, más aún, sus aspiraciones son enormes. La directiva del canal cuenta entre sus consejeros con el escritor Ludwig Harig, el realizador Constantin Costa Gavras o el filósofo Bernard-Henri Lévy.Según un alto cargo de la central de Estrasburgo, entre franceses y alemanes existe una división de opiniones sobre la entrada de nuevos miembros: "Los franceses prefieren hacer las cosas rápidamente, y una vez metidos en un proyecto comienzan a solucionar los problemas que puedan surgir. Los alemanes, antes de actuar, prefieren controlar toda la situación y aclarar las consecuencias".
Dos fases
España, tras anteriores intentos poco decididos, a finales de octubre pidió "activamente" su entrada en Arte. El plan de entrada prevé dos fases: en la primera se realizaría un intercambio de programas y la segunda cadena de TVE llenaría algunos espacios de fin de semana con programas del canal cultural pagándolos con producciones propias. En una segunda fase, España entraría como miembro completo. El problema principal es, como siempre, la financiación. La central de Estrasburgo afirma que "la televisión pública española se encuentra en una crisis aun más acentuada que la francesa o la alemana". Si en la fase de intercambio se pagarían programas con programas, en la segunda fase, con producciones propias, ya habría que desembolsar dinero."Aún no está claro cuándo España va ser miembro de pago". Marc Villain, jefe de la oficina de dirección de Estrasburgo, explica: "Todo lo que gastaríamos en producciones españolas lo perderían los alemanes". Aparte de la reducción de horas de emisión para franceses y alemanes, y por tanto de sus ingresos, la entrada del español como tercera lengua encarecerá los doblajes, subtítulos y la presentación de los programas. En este campo lingüístico trabajan actualmente unas 200 personas. Mientras en próximas fechas se podrá sintonizar el canal también en Austria y Suiza, la televisión polaca y la RAI han solicitado la entrada en el canal. Frente a tanta demanda, para Hans-Günther Brüske, director de programación de Arte-Alemania, España es el conejo de Indias en el desarrollo de una estratégica para la futura ampliación. En abril, los responsables se reunirán para tratar las modalidades de la entrada de TVE, que según Brüske "afirma no disponer de dinero para contribuir y que, si entra, ofrecerá programas culturales poco atractivos para la publicidad". Brüske resume su posición. "La casa Arte tiene sus puertas abiertas y tiene espacios para nuevos inquilinos. Pero primero hay que decidir cuánto espacio se quiere alquilar y a qué precio".
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