González reparte el poder en Interior entre Asunción y Garzón.

El compromiso de Felipe González con el ex juez Baltasar Garzón se plasmó ayer en una bipolarización del poder en el Ministerio del Interior. Apoyado por el jefe del Ejecutivo, Garzón tomó ayer posesión del cargo de delegado del Plan Nacional. sobre Drogas con categoría de secretario de Estado, "con todas las competencías que necesite" como dijo el titular del departamento, Antoni Asunción. Éste asume todo el control de la lucha antiterrorista, una vez que el ministro ha decidido prescindir de Rafael Vera.

Antoni Asunción anunció ayer que Vera, actual secretario de Estado para la Seguridad, abandonará el ministerio a final de mes, y no cubrirá tal plaza. Con la salida de este personaje clave en la lucha antiterrorista durante la última década, el ministro asume todas las riendas en la lucha contra ETA. Sin embargo, un elevadísimo porcentaje de la actividad de la policía y la Guardia Civil algunos expertos lo cifran en el 90% pasará por las manos de Garzón, ya que el narcotráfico está relacionado de una u otra forma con casi todo tipo de delincuencia.Pese a todo, el ministro del Interior quiso ayer dejar claro que no habrá problemas de competencias entre él y el ex juez: "Esto es un equipo. Vamos a trabajar codo a codo".

Con el nombramiento de Garzón como secretario de Estado, González responde a los compromisos que adquirió con el ex juez cuando, en la pasada primavera, le convenció de que figurara en las listas electorales del PSOE. Como delegado. del Plan Nacional sobre Drogas, Garzón ha estado adscrito unos meses al Ministerio de Asuntos Sociales, pero el ex juez no se encontró cómodo y siempre reclamó mayores competencias en la coordinación policial, tesis a la que se opuso el ex titular de Interior José Luis Corcuera.

El portavoz del PNV, Joseba Egibar, arremetió ayer contra los controles de carretera de la Guardia Civil, a la que calificó de "máquina que genera odio y rechazo".

Página 11