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Las familias del PSOE planean el relevo del líder

Anabel Díez

El PSOE ha recuperado sin dramatismo él fántasma de la sucesión de Felipe González. Los guerristas proclaman estos días que el comportamiento de muchos de sus compañeros tiene que ver con la renuncia de González a volver a ser candidato en las próximas elecciones, y entre los renovadores se cruzan reproches por la "notoriedad" que algunos quieren tener con vistas al congreso de marzo para ganar el aprecio de los militantes. Además, empiezan a surgir grupos que se denominan posfelipistas, para dejar claro que nada tienen que ver con las peleas de la generación en el poder, ya que lo único que han conseguido de ella es que haya producido un tapón que les ha impedido acceder a los puestos de decisión.

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Personas del entomo de González aseguran que el presidente "tutelará" su propia sucesión una vez que, tras el congreso, el partido sufra una transformación en estructuras, personas y modos de hacer política.Dirigentes nacionales y regionales, altos cargos y ministros re conocen que en el partido se vuelve a hablar de la sucesión de Felipe González, y no porque vaya a producirse de inmediato, sino por que hay que empezar a organizar se con un plazo. Nadie duda de que las elecciones del pasado 6 de junio serán las últimas para Felipe González, según ha expresado a distintos interlocutores el propio presidente del Gobierno.

En las escasas ocasiones en que se ha referido a este asunto, González ha dejado claro que no quiere repetir como candidato a la presidencia del Gobierno, pero sí quiere continuar los años que haga falta -"hasta que los compañeros quieran", ha dicho alguna vez en público- en la secretaría general del PSOE. El líder de los socialistas desde su puesto puede muy bien decidir quién debe ser el candidato electoral y tener una acción determinante en la política del Gobierno.

Cartel electoral

Las fuentes consultadas estos días por este periódico indican que en la nueva ejecutiva federal es1arán los candidatos a ser cartel electoral en las próximas elecciones, aunque creen que González no lo tiene decidido. No obstante, no brotan nuevos nombres, sino que los distintos lobbies siguen manejando sus candidatos seculares. Javier Solana, ministro de Asuntos Exteriores; Carlos Solchaga, presidente del Grupo Socialista y, con menos fuerza, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra. Otros incluyen al presidente de la Junta da Andalucía, Manuel Chaves, aunque deberá recomponer su figura, un tanto deteriorada por la pelea entre sectores que vive Andalucía, y volver a aparecer como persona "de partido" y no de un solo sector.Carlos Solchaga no debe de ser consciente de las críticas que han despertado sus declaraciones sobre la sucesión de González efectuadas el día de Nochebuena. Solchaga, con total tranquilidad, dijo que todavía no se ha planteado si está en disposición de aspirar a la sucesión de González. "Lo más importante es la disposición personal para asumir las responsabiidades, y sobre este tema yo no tengo nada en absoluto decidido".

Al escucharle, los guerristas se dieron, codazos de complicidad para autoafirmarse en su idea de que el político navarro aspira a ser presidente del Gobierno. Los renovadores, entre los que hay algunos aspirantes, se irritaron y comentaron que las declaraciones del ex ministro habían sentado muy mal "en el partido". Ello ocurría el 28 de diciembre en los pasillos del Congreso.

Nadie o casi nadie quiere que González abandone ninguna de las responsabilidades que tiene ahora, pero se empieza a actuar con realismo a la vista de que, siguiendo la máxima del propio González, "el cementerio está lleno de imprescindibles". Las pruebas de que los cambios han empezado ya son ostensibles.

En primer lugar, los dirigentes regionales del PSOE están haciendo política con una autonomía respecto a la ejecutiva del partido e incluso frente al propio Felipe González, cosa inédita hasta ahora. Como ejemplos clamorosos, la decisión de Jaime Blanco de presentar una moción de censura en Cantabria en contra de la opinión de Felipe González; meses antes, lo mismo por parte del presidente aragonés, José Marco, y desde la perspectiva de partido, tampoco González ha conseguido imponer su autoridad al completo.

Se recuerda el congreso del PSOE en Sevilla, en el que la candidata de Felipe González a la secretaría general, Carmen Hermosín, obtuvo menos del 60%. Por primera vez no sirvió el manto protector de González, y empezó a actuar el grupo posfelipista y los intereses provinciales y regionales. Aunque las autodenominaciones empiezan a provocar risas, lo cierto es que sectores provinciales del PSOE quieren diferenciarse de la generación que siempre han conocido en el mando, es decir, la de Felipe González y Alfonso Guerra, y llegan a la conclusión de que, si no se retiran todos ellos, su oportunidad de jugar en política pasará definitivamente.

Es la generación que ahora tiene unos 40 años y que se ve dentro de un emparedado entre la de 50 y los jóvenes en tomo a los 30. En Andalucía se llaman posfelipistas, y en otras partes, "renovadores de la renovación". Todos ellos carecen de una relación sentimental y personal con los líderes socialistas de ahora, por lo que ven como un hecho' natural que se retiren y dejen paso a los más jóvenes.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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