Aquellos casos pendientes
La detención de Francisco G. E. ha descargado los archivos policiales de siete crímenes pendientes desde 1987. Los asesinatos son similares en cuanto a su ejecución y pueden tener, según la policía, tintes sexuales:
El cuerpo decapitado. El 11 de noviembre de 1987 el cuerpo decapitado de una mujer de unos 40 años yacía en una furgoneta quemada en el descampado del cruce de la calle de Alcalá con García Noblejas. Francisco ha dicho que conoció a su víctima en un parque de Manuel Becerra; la había invitado a comer y la mató de cuatro puñaladas después de que ella le negase el acto sexual. El asesino arrojó la cabeza a un pozo.
Visita a un familiar. El homicida y su víctima, Juan C. B., habían acudido el 5 de marzo de 1988 a visitar a un familiar de Juan en Aluche. Francisco le mató cerca del domicilio, en la calle de Rafael Finat. Murió apuñalado y el cadáver tenía el cráneo aplastado. Frecuentaban ambos el Parque de las Avenidas.
La tapia de la Almudena. Un cadáver calcinado y con golpes en la cabeza fue encontrado el 26 de agosto de 1988 junto a la tapia del cementerio de la Almudena. Correspondía a Mario R. G., de 43 años, un hombre que frecuentaba la zona del camposanto y el comedor para indigentes de la calle de Martínez Campos.
Yemas amputadas. El día de San José de 1989, cerca de la vía del tren en Entrevías, un cuerpo semidecapitado tenía las yemas de los diez dedos de la mano amputadas y presentaba traumatismo craneal. Se trataba de un conocido del comedor de Francisco, Ángel H. V., de 45 años.
Castración. El cuerpo sin vida de Julio S. M., de 65 años, fue hallado el 27 de mayo de 1989 en la calle de Tiberiades del barrio de Hortaleza. Fue identificado por un tatuaje en el brazo derecho con las iniciales M. R. Una vez más, Francisco le había matado a puñaladas. Y también se repitió el siniestro ritual de la amputación, esta vez del pene, que el criminal depositó al lado de uno de sus oídos. Después le roció de gasolina y le prendió fuego.
El último sueño. Una víctima que todavía no está identificada -tal vez se trata de un hombre llamado Lorenzo, de 35 años- murió mientras dormía, a golpes en la cabeza, según ha confesado el homicida. Este cadáver también estaba calcinado, y fue hallado el 25 de septiembre de 1991 en el Parque de las Avenidas.
Compañero de robos. Francisco y su penúltima víctima, Ángel S. B., de 53 años, habían sido detenidos juntos dos veces por robos. Y los dos mendigaban en las igles as de Nuestra Señora de Fatima (calle de Alcalá) y Covadonga, en Manuel Becerra. El 29 de junio fue hallado el cadáver al lado de una tapia, cerca de los Sagrados Corazones. Le había hundido el cráneo, con una piedra y lo quemó con papeles y mantas.
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