La Liga abre la guerra contra la federación

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) abrió ayer nuevos focos de enfrentamiento con la Federación Española (FEF). Casi todos los puntos aprobados ayer en su asamblea extraordinaria chocan frontalmente con las intenciones de la FEF. Así, los clubes exigen la mitad del dinero líquido que se obtenga de los partidos amistosos de la selección y de las fases finales que organice la FIFA y la UEFA, quieren asumir la organización de la Supercopa y reducir la Copa del Rey. La asamblea también aprobó la transformación de la Segunda División en dos grupos de 18 conjuntos.

Las relaciones no eran buenas (en el reciente sorteo del Mundial hubo miembros de los dos máximos organismos del fútbol español que ni se saludaron), y van camino de ser peores. Las medidas aprobadas ayer por la LFP no facilitará el arreglo amistoso. Todos los puntos acordados deben ser ratificados por la Asamblea de la Federación, en febrero, para poder ser llevados a la práctica.Los representantes de los clubes de Primera y Segunda aceptaron la propuesta de solicitar la mitad de los ingresos líquidos (descontados los gastos) que perciba la Federación por la participación de la selección en encuentros amistosos y por su presencia en las fases finales de los torneos que organiza la FIFA y la UEFA. Primer punto de conflicto.

La LFP aprobó asimismo la transformación de la Copa del Rey, sólo para los clubes profesionales. Los 36 de Segunda, tras su división en dos grupos de 18, y los 20 de Primera. Ocho de éstos (los que participen en competición europea y el resto, por sorteo) quedarían exentos en la primera ronda. Segundo punto de conflicto: la FEF quiere que jueguen los clubes de categoría nacional.

La Liga pretende asumir la organización de la Supercopa, que cambiaría las fechas (último miércoles y domingo de agosto). Los beneficios -derechos de televisión y publicidad estática, incluidos- se repartiría entre los equipos participantes (el 42,5% cada uno) y la propia Liga (15%). Tercer punto de conflicto: la federación no está por la labor.

La aprobación de la reestructuración de la Segunda en dos grupos de 18 equipos no es uña cuestión que, por su fondo, choque con la federación -también está a favor de la remodelación, aunque reduciendo la Primera a 18 equipos-, sino por la fecha de su ejecución. La Liga quiere que el cambio para la temporada próxima. Cuarto punto de conflicto: la FEF es partidaria de esperar a la siguiente.

Todas estas medidas contradicen el acuerdo firmado por ambos organismos el 1 de diciembre de 1991 ante el entonces Secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez Navarro. En aquel convenio, y a él se agarrará con toda seguridad la federación para defenderse, quedaron divididas las competencias de cada organismo (Copa del Rey y de la Supercopa, de la federación). A las pretensiones de cobrar dinero por la contribución a la selección nacional (proporcionalmente en función del número de jugadores que aporte cada equipo), se añade la solicitud de que el seguro que la federación suscribe en favor de sus internacionales por si caen lesionados, cubra también a los clubes.

La asamblea de la Liga reabrió, por tanto, la polémica entre los clubes y la federación. Pero también desveló puntos de discrepancia entre los propios miembros del organismo: los clubes de Primera, por un lado, y los de Segunda, por el otro. A la hora de votar la remodelación de la Segunda, los representantes de ambas categorías mostraron sus diferencias. El resultado de la votación, al menos, así lo demuestra: la propuesta se con 19 votos a favor, 14 en contra y 6 abstenciones. Otro asunto conflictivo fue el debate de la propuesta de una fianza (100 millones) que cada entidad debería abonar por jugar en la LFP. Este punto no fue aprobado.

Sí se acordó, en cambio, que en la temporada próxima los clubes sólo puedan realizar fichajes una vez comenzada la temporada en un periodo comprendido entre el 15 de diciembre y el 15 de enero.