El Tenerife paga su esfuerzo en la Copa de la UEFA

El año 1993 deja un sabor de boca contradictorio en el Tenerife. El balance es, en un sentido, altamente positivo, pues por primera vez en su historia el club participó en la Copa de la UEFA y no hizo un mal papel. Pero en la otra cara de la moneda, su marcha arroja un resultado parcial preocupante: 150 en la clasificación, con 14 puntos y dos negativos. El club tiene ahora un reto: recuperar el prestigio y muchos puestos en la tabla.Tras la última derrota del Tenerife -la tercera consecutivael pasado domingo, en Oviedo (1-0), su técnico, Jorge Valdano, afirmó que la mejor noticia para sus jugadores era la proximidad de las vacaciones, "para poder recuperar salud física y mental", si bien añadió que él personalmente se siente "como si me mandaran trabajo para hacer en casa". El segundo entrenador, Ángel Cappa, prefiere despedir el año como "un final de etapa" y confiar en que después se produzca la reacción.

Cuando ambos llegaron a la isla, en abril de 1992, el equipo se encontraba en plena travesía del desierto, un puesto más abajo que hoy y con cinco negativos, a dos puntos del descenso. Entonces la Liga estaba en su recta final y el Tenerife sorprendió a todos con una espectacular remontada. Aquel buen recuerdo es el que avala ahora la esperanza de un pronto restablecimiento.

El Tenerife puede decir que no ha cambiado de libreto a pesar de los últimos traspiés, pero su fútbol ha ido perdiendo calidad. Se ha mantenido fiel a un sistema ofensivo en el que predominan entre sus principios elementales el buen gusto con el balón, el control del mismo, el achique de espacio y un continuo martilleo de la portería contraria. En lo que va de temporada, sin embargo, no ha hallado la pareja ideal en punta, pese a ensayar todas las variantes. Carece de un delantero centro propicio a su esquema. Se distingue por generar continuamente opciones, pero su torpeza es no lograr definirlas. "El buen juego supone goles, y nos falla la puntería", se desespera Valdano.

Hay averías también en la retaguardia, que afectan a los defensas y al portero -es el segundo equipo más goleado, con 28 tantos en contra, después del Rayo Vallecano, con 29-. La goleada que sufrió en Zaragoza (6-2) sirvió de chequeo para detectar algunas de sus deficiencias. En el último mes ha sumado demasiadas derrotas. En seis partidos consecutivos sólo cosechó una victoria.

Con estos síntomas sería fácil acentuar la importancia de algunas ausencias en su once titular: la de Agustín, lesionado, y las de Pizzi y Estebaranz (hoy en el Valencia y el Barcelona, respectivamente). Pero los males del Tenerife tienen otro aliado: el llamado gol tempranero. De siete partidos en que ello ocurrió, sólo se repuso una vez, frente al Sporting de Gijón, donde ganó por 12 tras ir perdiendo a los 17 segundos.