Madrás, Mardin, Maadir, New Madrid y Miguel Bosé
En el apartado de cartas que vienen desde el extranjero se reciben en Madrid decenas de ellas destinadas a ciudades muy lejanas geográficamente. Las hay dirigidas a Madrás, Mardin (Turquía), Maadir (Egipto), New Madrid (Misuri), Madrid (Colombia) y Madrid (Nebraska); es decir, todo lo que sea parecido."Conocemos muchas direcciones, y si no las sabemos buscamos en la guía telefónica o en la de abonados al télex. En esta época, sobre todo, llegan muchas cartas a nombre de cantantes: Lola Flores, Madrid, o Miguel Bosé o Mecano, sin más datos. En algunos casos sabemos la dirección particular, y si no, quizá la de la casa de discos, pero, claro, no podemos conocer las direcciones de todos los cantantes, sólo de los que están muy de moda o son muy famosos".
Las fans cubren una buena parte de estas cartas que se reciben diariamente sin dirección. Tal vez desconozcan ellas el esfuerzo y la buena voluntad que ponen los sabios para que su declaración de amor a Antonio Banderas o Miguel Bosé lleguen a destino.
Otras personalidades también reciben en estas fechas cartas sin dirección. Simeón III de Bulgaria es uno de los que engrosan su correspondencia sin dirección. Benito Gómez, un experto clasificador, ya sabe su código postal de memoria.
Carta a Felipe González
Las cartas, también sin dirección, dirigidas al Rey o al presidente del Gobierno van a parar a un apartado oficial y no pasan por el control de cartería.
"Lo que sí vemos con frecuencia son cartas al Congreso de los Diputados, a algún ministerio, siempre sin calle, y lo que es peor, ni persona ni despacho. Alguna vez nos ha llegado una carta que ponía sólo: AGA, que averiguamos que es la Academia General del Aire en Murcia, y después de quedarnos tan satisfechos porque habíamos averiguado la dirección, la carta fue devuelta con un sello que ponía: "Indicar despacho".
Éste es alguno de los pequeños sinsabores de un trabajo que, por lo demás, les parece interesante y divertido. Como dice José Manuel Romera, otro clasificador, "da una cierta satisfacción moral saber que gracias a nosotros llegan muchas cartas a destino que a veces supondrán una alegría o una buena noticia para quien las reciba. En la otra cara de la moneda está el que nadie conoce nuestra labor, no sabe lo que nos molestamos". .
"Y la informática", añade Benito al apartado del lado oscuro de la profesión, "porque los ordenadores, que en muchos casos facilitan el trabajo, a nosotros nos lo complican. Muchas de las cartas que vienen sin dirección son listados de ordenador, con lo que semana tras semana, y así durante años, nos llega la misma carta, para el mismo destinatario, con la dirección incompleta, porque los listados de ordenador no se rectifican, sobre todo si llegan a destino".
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