Francamente. .
Francamente, no veo nada que objetar. Paco Lobatón ha decidido convertir Sarajevo en su plató y muy pronto alguien va a denunciar "la apropiación comercial del horror". Pero yo, francamente, no veo nada que objetar. Si hasta allí se llegó Susan Sontag para esperar a Godot y Juan Goytisolo recuperó entre aquellas cenizas el brío de su escritura periodística -aletargado desde Nijar y La Chanca-, a ver quién puede im pedir a Lobatón que muestre en Sarajevo su sintaxis mediática. Francamente, yo no veo por qué no. Lobatón sufre con los 200 millones que gana al año. Es un dinero que le es cuece y que preferiría ganar de otra forma. Nunca se vio, de joven, bailando en la cresta de la vida gracias a un reality show. Es un sentimental, tiene una pizca de mala conciencia y por eso va a Sarajevo. Es lo que le di ferencia de Mr. Ciénaga: los buenos sentimientos. Muy mal tendrían que irle las cosas a este último para que un día aparecieran en los diarios esos extraodinarios heraldos de la duda, el misterio y finalmente la verdad prístina y poligráfica, asociados a Sarajevo. ¿Imaginan ... ? "¿Violó realmente el serbio Joseph a la musulmana Petra? ¿Con cuántos lotes de suero y antibióticos logró hacerse Malkievich antes de morir, extrañamente, entre las ruinas de la antigua biblioteca?".¿Cuál es el secreto inconfesable de Mr. Owen?" ¿Imaginan ... ? Sarajevo se está poniendo interesante. Tiene unas espléndidas condiciones como plató natural, acunado entre montañas; el invierno y la luz de la nieve le otorgan una calidad icónica extraordinaria y bueno, cierto, la gente muere allí de cuando en cuando, pero un poco por mantener viva la llama y el músculo presto: no es un campo de batalla abierto y el viaje mezcla en justa proporción fiebre y calma. Sarajevo es el mejor pesebre de esta Navidad. Un pesebre viviente, como los que se hacen en mi tierra. Impresionan esos pesebres, francamente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.