Los integristas degüellan a 12 extranjeros en Argelia
Doce ciudadanos de la antigua Yugoslavia (croatas y bosnios) fueron degollados el martes por la noche por un comando integrista en la localidad de Tamesguida, situada a unos 80 kiIómetros de Argel. Se interrumpe de esta manera una situación de aparente tranquilidad, que para algunos era preludio de una hipotética tregua, en la que se encontraba sumida Argelia tras las declaraciones el jueves de un alto mando del Ejército, que ofreció por televisión a los integristas la posibilidad de un diálogo y descartó el golpe de' Estado. Como si se tratara de un rito, los 12 ciudadanos de la ex Yugoslavia fueron degollados por arma blanca. Es un gesto simbólico con el que se intenta dar un sentido religioso a los asesinatos.
Los asesinos han tratado también de recordar que actúan siguiendo las pautas de los antiguos combatientes nacionalistas de la guerra de liberación, quienes utilizaban asimismo el arma blanca y el degollamiento para acabar con la vida de los soldados traidores -harkis- al servicio de la colonia francesa.Las doce víctimas vivían en un campamento de la empresa yugoslava Hydro-Elektra, situada en las afueras de Tamesguida, y dedicada a la construcción de un túnel a través del que debían desviarse las aguas del río Oued Chiffa para conducirlas a un pantano cercano. Las obras se habían iniciado en 1990, antes de desintegrarse Yugoslavia, pero a consecuencia de los últimos incidentes una parte importante de la plantilla había optado por regresar a sus países de origen. Las víctimas se preparaban para hacer lo mismo en los próximos días.
Según portavoces de la Embajada croata en Argelia los responsables del centro de trabajo habían recibido numerosas amenazas en las últimas semanas de supuestos militantes integristas, que habían culminado en el incendio de una barraca y el intento de robo de material explosivo Como consecuencia de estos incidentes se habían reforzado las medidas de seguridad y de control. A pesar de ello, el comando integrista, que penetró en el recinto, eludió los controles.
Un diplomático croata en Argel explicó ayer que había un total de 22 trabajadores bosnios y croatas en el campamento al producirse la matanza. "Estaban todos juntos en un barracón", dijo, "cuando irrumpieron unos 50 individuos armados y vestidos con uniforme militar. Los atacantes los sacaron de dos en dos y los degollaron a punta de cuchillo" Doce de los trabajadores murieron, dos resultaron heridos (uno gravemente), y los otros ocho salieron ilesos de la carnicería. Las víctimas fueron sorprendidas por los asesinos cuando descansaban, ya que el ataque se produjo por la noche.
Este grupo de ciudadanos de la antigua Yugoslavia eran los supervivientes de una colonia que se instaló en Argelia en la década de 1970 y que durante los veinte últimos años ha venido efectuando importantes trabajos de infraestructura en la zona, entre los que se encuentran el trazado de la nueva carretera de Blida a Medea y la apertura de numerosos túneles. La comunidad yugoslava instaló dos campamentos en esta zona en sus mejores épocas, uno en los suburbios de Blida y el otro en el de Medea.'Zona prohibida'
Tamesguida, escenario de la matanza, es un pequeño enclave situado en el corazón del Atlas de Blida, al final de un camino serpenteante que se inicia en la carretera general en pleno corazón de la garganta de la Chiffa. La zona ha constituido durante muchos años uno de los parajes más turísticos y atractivos del centro de Argelia, preferido especialmente por los niños, que se recreaban dando de comer a los monos de los bosques de los alrededores.
Pero desde hace unos meses la garganta de la Chiffa y sus alrededores se ha convertido en una zona prohibida. La carretera se ha jalonado de controles militares y policiales que intentan mantener a raya un núcleo de activistas armados, que a caballo entre la delincuencia común y la lucha religiosa han venido cometiendo numerosos atentados. El responsable de este grupo de maquis es Salah, Arfia, al que se atribuye asimismo el asesinato del ciudadano español Manuel López Bailén perpetrado el pasado. 2 de diciembre en una zona cercana.
Con la muerte de estos doce antiguos ciudadanos yugoslavos, pero de nacionalidad bosnia y croata, se elevan ya a 23 los ciudadanos extranjeros asesinados en Argelia desde que se iniciaron los ataques a la comunidad internacional el pasado 21 de septiembre y que culminaron a finales de octubre con el secuestro de tres diplomáticos de la Embajada francesa en Argelia.
Se abrió así un segundo periodo de violencias, reivindicado por el Grupo Islámico Armado (GIA), que dio un ultimátum de un mes a todos los extranjeros para que abandonasen Argelia. Desde el término de este ultimátum, hace 15 días, son ya 16 los extranjeros asesinados, entre ellos el ciudadano Manuel López Bailén, la rusa Larisa Ayadi, el francés Max Barbot y el británico Malcom David Vincent.
Horas antes de este asesinato, el ministro del Interior argelino, Selim Saadi, anunció nuevas medidas policiales para asegurar y tranquilizar a las empresas y trabajadores extranjeros. El ministro manifestó estos propósitos en el transcurso de una reunión celebrada con los cuadros y técnicos extranjeros de la petroquímica de Arzew, en la provincia de Orán, en la que trabajaba el súbdito británico que fue recientemente asesinado.
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