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Un bebé secuestrado es abandonado en una iglesia

El párroco de San Martín de Valdeiglesias (5.400 habitantes) oyó llorar a un bebé ayer tarde, justo antes de iniciar su diaria misa de siete en la iglesia de la localidad. Don Felicísimo no se acercó inmediatamente porque pensó que serían los lloros del hijo de alguna de sus feligresas. El llanto llegaba del propio altar de la parroquia y correspondía a una niña de unos seis meses que, según fuentes de la Guardia Civil, fue secuestrada en la mañana de ayer en Madrid.Un hombre trajeado se presentó entonces en la iglesia, se identificó como el padre de la niña y dijo al cura que su pequeña había sido llevada por la fuerza en la capital.

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El rescate tenía que pagarse en un puente cercano a San Martín

VIENE DE LA PÁGINA 1Al recoger a la hija, el padre sólo preguntó por una farmacia nada más salir de la iglesia. Siguiendo las indicaciones de un vecino, llegó hasta una de las dos farmacias que existen en el pueblo. Allí pidió ayuda. Primero, alimento y pañales para la niña, y después un teléfono desde donde hacer una llamada.

Luisi, la farmacéutica, explicaba a este diario que encontró a este hombre, el padre de la niña, muy nervioso y le dio lo que pedía. Después de llamar por teléfono, éste le explicó que esa misma mañana habían secuestrado a su hija de su domicilio en Madrid, cuando estaba a cargo de una asistenta.

Según el relato del padre, los secuestradores habían pedido un rescate que debía ser depositado en el puente del río Alberche, muy cerca de San Martín. Tras el pago, la niña aparecería en la casa del cura. La farmacéutica decidió entonces llamar al cuartelillo de la Guardia Civil.

Los agentes del instituto armado se presentaron enseguida en la farmacia, a la vez que llegaban a la localidad agentes uniformados del Cuerpo Nacional de Policía procedentes de Madrid que, según fuentes de la investigación, habían seguido la operación de cerca.

En la Guardia Civil se corroboró la versión del padre de la niña. En Madrid, portavoces policiales informaron que en el seguimiento del suceso habían intervenido agentes del grupo de Secuestros de la Brigada de Policía Judicial. Las primeras versiones recogidas en fuentes cercanas a la investigación apuntaron que no se había practicado ninguna detención, pero sí se había podido frustrar la operación de los secuestradores.

El suceso era conocido por los responsables policiales y la Delegación del Gobierno. Sin embargo, a las preguntas de este periódico, un portavoz oficial respondió, a través de terceras personas, que "no tenía nada que decir".

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