Los concejales díscolos del PP anuncian su Partido Renovador de los Pobres
Los dos concejales rebeldes del Partido Popular en Madrid, Venancio Mota y Manuel Martínez Blanco, reiteraron ayer su amenaza de pasarse al Grupo Mixto municipal después de Navidad si no se atienden sus demandas, y anunciaron que crearán un partido político independiente junto con "otros descontentos" de la formación política a la que están adscritos. Mota y Martínez Blanco ya han encontrado un nombre para la futura formación política: el Partido Renovador de los Pobres.Otro edil de Partido Popular, el ex responsable de la Concejalía de Cultura, Pedro Ortiz, precisó ayer que considera "absolutamente necesario" que exista el diálogo para que no se desmembre el Grupo municipal Popular. Ortiz cesó en su cargo a raíz del enfrentamiento con otro concejal polémico en el equipo municipal de gobierno (el ex presidente de la Junta de Centro, Ángel Matanzo) por el cierre administrativo del teatro Alfil.
Los ediles díscolos han decidido no respetar el acuerdo al que llegaron el pasado jueves con el alcalde, José María Álvarez del Manzano. En la reunión que mantuvo Martínez Blanco con el regidor (Mota excusó su presencia alegando enfermedad de un familiar) se resolvió firmar, si no la paz, al menos una tregua en la batalla interna del PP.
El alcalde prometió en este encuentro estudiar las propuestas de los concejales díscolos y, según Martínez Blanco, convinieron no hacer más declaraciones públicas. Pero el edil considera que ese pacto se ha roto porque ese mismo día tan
to el alcalde como el portavoz del PP en el Senado, Alberto Ruiz Gallardón, se refirieron a él y a Mota en público. "Si José María Aznar [presidente del PP] no toma cartas en el asunto, se creará una candidatura independiente para las próximas elecciones [en la primavera de 1995]", asevera Martínez Blanco.
El edil, sin embargo, no aclara qué línea ideológica seguiría su futura formación política. "Un partido independiente", se limita a contestar. Martínez Blanco aclara que ese partido se formará si se pasan al Grupo Mixto, una posibilidad que las promesas de Álvarez del Manzano tampoco ha eliminado. "Pedí al alcalde ver el proyecto completo de presupuestos del ejercicio de l994", dice. Precisamente el gasto que se destinará el año que viene a servicios sociales es la clave alegada para el paso de los dos concejales al Grupo Mixto. Eso sí, no quieren concretar qué aumento en esa partida consideran imprescindible: "Una cantidad razonable", se limitan a decir sin concretar sus cifras.
Manuel Martínez Blanco afirma que él y su colega se han reunido ya con concejales de algunos pueblos de la Comunidad de Madrid, e incluso con personas con responsabilidad en la dirección regional del PP, que no están plenamente de acuerdo con la línea de la cúpula del partido. Fue en una de esas conversaciones, celebrada la semana pasada, cuando dieron con el nombre del hipotético partido. Y afirman que a alguno de los presentes le recordó a la Falange de José Antonio Primo de Rivera.
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"El que diga que somos transfugas es un golfó"
Venancio Mota, concejal presidente de Vicálvaro y Moratalaz y futuro presidente del partido, discrepa de su colega Manuel Martínez Blanco en relación a un posible ingreso en el PSOE. "Yo soy un hombre de derechas, más radical que Manolo, y jamás militaré en el PSOE", explica Mota. Pero Martínez Blanco, edil de Carabanchel, prefiere dejar la duda en el aire: "Nunca digo de este agua no beberé". Pero a renglón seguido insiste en que en esta legislatura no darán la alcaldía al PSOE.Ambos concejales reniegan de la condición de tránsfugas que les adjudican en algunos círculos de su propio partido: "El que haya dicho que somos tránsfugas, es un golfo". Y afiaden: "En vez de adjudicarnos a nosotros ese calificativo, deben cerrar las puertas a los que de hecho lo son, como aquél que les dio hace poco la Diputación de Valladolid".
Plantes al alcalde
Los ediles han abierto una crisis en el Grupo Municipal del PP con sus plantes -van tresal alcalde en los plenos del Ayuntamiento. Martínez Blanco y Mota decidieron salirse del salón de sesiones para evitar votar contra su partido. Uno de los temas que les distancian del equipo de Gobierno de Álvarez del Manzano es la adjudicación a la empresa francesa Continente del hiper de Aluche, que iba a ser para los comerciarites del distrito.
Tampoco apoyan a su grupo en la decisión de retirar la tercera paga extra a los funcionarios. Pero ni los problemas laborales del Ayuntamiento ni la guerra de los pequeños empresarios contra una potente multinacional les harán abandonar su partido. Ahora enarbolan la bandera de los desfavorecidos y se muestran más que dispuestos a dejar el barco del PP si no se dan soluciones a problemas como las becas de comedor.
El ex concejal de Cultura, Pedro Ortiz, ha echado lefia al fuego con unas declaraciones que emitió el lunes la cadena Cope en las que se refería a sus discrepancias respecto a algunas decisiones del alcalde.
Concretamente, se refirió a que él intentó una línea ética ,,evitando nepotismos, o la contratación de familiares y amigos". El concejal aludía al nombramiento -y posterior renovación del contrato- de Mara Recatero como directora adjunta del teatro Español (municipal), cuyo director es su marido, Gustavo Pérez Puig. Ortiz se opuso a esa designación -"el mundo de la política no debe ceñirse exclusivamente al principio de legalidad", dice- pero fue desoído.
El edil explicó que en total fue desautorizado tres veces por el alcalde. La primera vez que Álvarez del Manzano le desautorizó en público fue en noviembre de 1991, cuando el entonces responsable de los servicios de Cultura mostró su preocupación por el carácter elitista de la programación del Madrid 92. En aquella ocasión, Ortiz presentó su dimisión, pero el presidente del partido, José María Aznar, le ordenó que continuase en su puesto.
A esa primera contradicción siguieron otras dos: el caso de Mara Recatero y el cierre del teatro Alfil.
El disgusto del arquitecto
La orden de cierre del Alfil-que representaba una obra sobre el concejal Matanzo- ha sido hasta ahora la última guerra interna de Ortiz. Su enfrentamiento con el entonces concejal de Centro, quien desencadenó la ofensiva contra la sala, determinó su cese como responsable de Cultura. "Yo defendía la libertad de expresión", argumenta.
Ortiz perdió su último reducto de responsabilidad en el municipio cuando el Pleno de noviembre aprobó la liquidación de la empresa que preside (Promadrid). El cargo constituía "un sacrificio" por parte de Ortiz, arquitecto de profesión, que aspiraba a dirigir la Oficina del Plan General, con el apoyo de Álvarez del Manzano. "Me produjo un disgusto cuando el alcalde no pudo cumplir su deseo", recuerda.
Ortiz explicó ayer a El País Madrid que en la referida charla en la emisora de la Iglesia se limitó "a recordar la hemeroteca". Ayer matizó, no obstante, que si bien acata "todas las decisiones del alcalde" respecto a él, le preocupa "un poco" que la línea política a la que se vincula (que él define como moderada y progresista y que atribuye también al presidente del partido, José María Aznar) se abandone en el Ayuntamiento.
Morir como el padre de la Falange
Manuel Martínez Blanco, que ejerce ya como portavoz de un partido político todavía inexistente, explica que él y el presidente in pectore del partido, Venancio Mota, ya han mantenido reuniones con algunos concejales de pueblos de la Comunidad y personas con responsabilidad en la Junta Regional del PP que discrepan de la cúpula del partido. En uno de esos encuentros (celebrado la semana pasada) hallaron un nombre para la formación que aglutinaría a los descontentos del PP. Tal denominación -Partido Renovador ("lo de renovador está muy de moda" dice Martínez Blanco) de los Pobres (PRP)- le recordaba a uno de los asistentes al encuentro a la Falange de José Antonio Primo de Rivera.Cuenta Martínez Blanco que otra persona, en un intento de dar más dramatismo a la lucha interna del PP, respondió que si había que morir como lo había hecho el padre de la Falange (presentado como héroe por el, franquismo tras su fusilamiento en Alicante en 1936, durante la guerra civil) estaría dispuesto a hacerlo. Sin embargo, Martínez Blanco rehúsa adjudicar un contenido ideológico a la futura formación política. Y reitera hasta la saciedad que no son la "vieja guardia" del PP: "Expulsé del partido a mucha gente de Fuerza Nueva".
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