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El nuevo partido comunista se niega a entrar en una coalición antifascista

El Partido Comunista Ruso (PCR) rechazó ayer la idea de crear contra el ultranacionalista VIadimir Zhirinovski un frente antifascista, propuesta realizada el lunes por el viceprimer ministro y jefe del bloque Opción de Rusia, Yegor Gaidar. Guennadi Ziugánov, el líder de los comunistas, declaró ayer que el fascismo no es inherente al pueblo o, y opinó que el Gobierno, en lugar de hacer declaraciones alarmistas, debería analizar por qué el país se encuentra en crisis y cambiar la política económica.

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Ziugánov insinuó ayer que no considera a Zhirinovski un fascista al afirmar que el fascismo es ajeno a la mentalidad rusa, que siempre ha sido colectivista y comunitaria, y reconfirmó que su partido estaba dispuesto a colaborar con los miembros del partido de Zhirinovski en todo lo que sea "constructivo".El líder comunista arremetió contra Gaidar, acusándole de aplicar "la política del Fondo Monetario Internacional" y advirtiendo que, si se insiste en ella, Rusia "se desintegrará y aumentará la protesta masiva de la población". Ziugánov desea formar una "coalición de centro-izquíerda" con todas las fuerzas que "desean la paz y el consenso".

El PCR, según estimaciones de sus dirigentes , tendrá en la Duma o Cámara baja del Parlamento federal entre 70 y 80 diputados: 30-32 por la lista y 30-38 por las circunscripciones de sistema mayoritario. "Además, habrá una serie de parlamentarios que apoyan nuestro programa", puntualizó Ziugánov. Entre éstos, indudablemente se cuentan los diputados del Partido Agrario, en cuya lista también iban conocidos marxistas.

Ziugánov piensa que podrá establecer una buena colaboración con el Partido Democrático de Nikolái Travkin, con Mujeres de Rusia y con muchos diputados que ganaron en las circunscripciones de sistema mayoritario. Entre éstos nombró a Serguéi Baburin y Amán Tuléyev, quienes en el antiguo Parlamento destacaron por su oposición a la política del Gobierno.

Los comunistas interpretan el resultado de las elecciones no sólo como una derrota de Gaidar y el bloque Opción de Rusia, sino como un triunfo del marxismo. Valentín Kuptsov, vicepresidente del PCR y ex miembro del Politburó del PCUS, recordó que el presidente ruso, Borís Yeltsin, había dicho hace un año, en Estados Unidos, que el comunismo no volvería a levantar cabeza en Rusia. "Pues bien, los resultados mostraron que la ideología socialista es viable, que vive en los corazones de la gente", señaló.

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Ziugánov dijo que había dos claros candidatos para el puesto de presidente de la Duma: Serguéi Shajrái, que ya antes de las elecciones había manifestado su deseo de ocupar este puesto, y Vladímir Zhirinovski.

Los comunistas entrarán en conversaciones con otras fuerzas para tratar de encontrar un candidato no extremista, que pueda lograr un diálogo eficaz entre las diferentes fracciones de la Duma.

La disyuntiva de Gaidar

La dirección del bloque presidencialista Opción de Rusia, reunida ayer, confirmó una vez más que está dispuesta a colaborar con cualquier otra fuerza política, incluidos los comunistas, "en la lucha contra la amenaza fascista". El líder del bloque reformista y viceprimer ministro, Yegor Gaidar considera que hay dos respuestas "a la situación creada, al desafío a la democracia relacionado con la Regada de una fracción fascista al Parlamento". O se aplica "una política más consencuente, dirigida a garantizar las reformas" o "se revisa la actual línea en dirección de una política de mayor compromiso, más inconsecuente y débil".Opción de Rusia es partidaria de la primera respuesta ante la irrupción fascista, pero es consciente que la decisión última sólo la tomará el presidente Borís Yeltsin. Gaidar insistió, por si no estaba meridianamente claro, que Opción de Rusia "bajo ninguna circunstancia cooperará con el Partido Liberal Democrático" del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski.

El viceprimer ministro, lejos de explicar la derrota de su bloque por las consecuencias de la terapia económica de choque que él puso en marcha, piensa que la causa del fracaso electoral se debe a los compromisos innecesarios y a las vacilaciones en la aplicación de las reformas".

Mientras tanto, el también reformista Grigori Yavlinski, del denominado bloque Manzana, declaró que el Gobierno ruso no acepta una oposición democrática y, precisamente por eso hay ahora una oposición nacional-socialista" en el Parlamento, y afirmó que las elecciones del domingo no habían sido democráticas porque los bloques presidencialistas (Galdar y Shajrái) habían disfrutado de ventajas sobre los demás.

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