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La ascensión a la cumbre

Induráin ayudó a Bruguera a subir a Montserrat en bicicleta

La colaboración de Miguel Induráin, triple campeón del Tour y doble del Giro, fue indispensable para que Sergi Bruguera, campeón de Roland Garros, alcanzara uno de los sueños de su vida: subir a Montserrat en bicicleta. Bruguera lo pasó mal en algunas pendientes del recorrido, pero su corazón y los acertados consejos del campeón ciclista le hicieron llegar a la meta. El promedio fue bajo, alrededor de 18 kilómetros a la hora. El pelotón, compuesto por ellos dos, Fernando Luna, Salvador Sosa, Germán Puente y Abel Gangonells, recorrió 52 kilómetros hasta la cima de Montserrat en 3h 5m. Todos fueron recibidos por el párroco del santuario, Josep Enric Parellada. Bruguera e Induráin ofrecieron sus triunfos de este año a la virgen Moreneta.Sergi Bruguera, de 22 años, no se había subido a una bicicleta hasta hace dos días. El sábado pasado regresó de Múnich, donde disputó la Copa Grand Slam, y el domingo aprendió, prácticamente, a ir en bicicleta con la Pinarello que Induráin le había hecho construir. El campeón de Roland Garros desconocía por completo la técnica y ni siquiera sabía levantarse encima de la bicicleta.

Sin técnica

"No tiene técnica, eso está claro", dijo Induráin al poco rato de Hegar al Club Tenis Can Vía de Santa Coloma de Cervelló, lugar del que partió el pelotón. "Pero le he visto jugar en Múnich y sé que fisicamente está muy fuerte. No debe tener prisa. Con calma llegaremos a Montserrat", añadió.La verdad es que Bruguera hacía algunos días que lo pasaba mal pensando que no llegaría a la cumbre. Sus entrenadores, Fernando Luna y Germán Puente; su preparador físico, Salvador Sosa; su amigo Abel Gangonells y su padre, Lluís, estaban todos convencidos de que alcanzaría la cumbre.

"La etapa es dura, pero he estudiado bien a Miguel y sé la táctica que debo aplicar para ganarle", respondió Bruguera a la punzante pregunta de un informador antes de tomar la salida. "Saber la táctica es fácil", replicó Miguel. "Lo difícil es poder aplicarla". Bruguera suavizó la tensión regalándole al campeón ciclista una raqueta de las suyas -fabricada especialmente para él- y un equipo de tenis.

Una comitiva que rondaba los 30 vehículos tomó la salida y a los pocos kilómetros sufría el primer atasco. Un aficionado que atravesaba un paso de peatones en Sant Andreu de la Barca aprovechó el semáforo para pedirles un autógrafo a Bruguera e Induráin. Todo era muy festivo. Las dificultades comenzaron con las primeras rampas. En Els Brucs, Sergi estaba reventado. "Allí creí que no llegaba", confesó. "Y todos los demás pensamos lo mismo", confesó Fernando Luna.

Sin embargo, Miguel Induráin se colocó a su lado y le dio algunos consejos. "Mantén el culo quieto. Y piensa que hace 25 días que yo no toco una bicicleta", le dijo. Después le indicó las marchas que debía utilizar y fue tirando de él hasta el monasterio de Montserrat. Cuando las rampas se acabarón y vino el terreno llano y alguna bajada, Bruguera se lanzó a tumba abierta. "En algunos momentos pensé que Induráin era yo", comentó a la llegada. "Pero sin Miguel no hubiera llegado", precisó. Induráin lo explicó así: "Creo que Sergi lo ha pasado mal en algunos momentos, pero tiene una gran fuerza física. Sus piernas no están habituadas a este tipo de esfuerzo, pero lo ha superado"."La cara de Sergi no engaña", explicó su madre. "Está tan contento como si hubiera ganado su segundo Roland Garros". Y su padre añadió: "Yo había hecho la subida a pie. Él la quería hacer en bicicleta y lo consiguió. Sufrió, pero alcanzó su meta, que era lo importante".

La Vuelta y el Giro.

Miguel Induráin, que se limitó a explicar que en enero dará a conocer su decisión sobre si correrá finalmente el Giro o la Vuelta a España, volvió a insistir en que la experiencia de esta escalada va a repetirse en el futuro. A pesar de su hermetismo, el campeón ciclista ya ha dado a entender a sus íntimos que sus preferencias están por la ronda italiana porque le conviene más profesionalmente y es una prueba en la que se encuentra muy a gusto."El año que viene nos reuniremos de nuevo en Pamplona para realizar una escalada allí", explicó Francis Laforge, relaciones públicas de Banesto. "Pero intentaremos también enrolar al campeón mundial de fórmula 1, el piloto francés Alain Prost que también es un gran admirador de Miguel.

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