La pesadilla de los reformistas se hace realidad
La pesadilla que decía tener Yegor Gaidar, el vicejefe del Gobierno y líder del bloque presidencialista Opción de Rusia, es casi una completa realidad. "Sueño que entro en el nuevo Parlamento y me encuentro con las mismas caras de siempre", decía durante la campaña. Va a tener razón: se va a encontrar con muchísimas caras conocidas del disuelto Parlamento ruso y con una cuantas del soviético.Del anterior régimen, estarán en la Duma dos golpistas: Anatoli Lukiánov, ex presidente del Parlamento soviético como comunista, y Vasili Starodúbtsev, líder de la Unión de Koljosianos y uno de los miembros del Comité de Emergencia que en agosto de 1991 trató de tomar el poder en la desaparecida URSS. Ambos están procesados por traición, pero como diputados tendrán inmunidad.
De los legisladores del Parlamento ruso, ya es seguro que han salido elegidos duros tan famosos como Serguéi Baburin, antiguo jefe de la fracción nacionalista en el Sóviet Supremo y que ya ha declarado su disposición a colaborar con VIadímir Zhirininovski, y Vladímir lsákov, el jurista de Yekaterinburg que de partidario del presidente Borís Yeltsin pasó a ser uno de sus más acérrimos enemigos.
También son figuras indeseables para los reformistas, Valentín Chikin, director del diario proscrito Soviétskaya Rossía y Guennadi Selezniov, ex jefe de Pravda, que tuvo que dejar por imposición del Ministerio de Prensa para que el periódico pudiera seguir saliendo. Además, en el nuevo Parlamento habrá un monstruo de Rusia Obrera, organización marxista extremista cuyo líder, Víctor Aripílov, está encarcelado en Lefórtovo.
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