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Zarabanda suple con desayunos alcohólicos la prohibición de ser café teatro

El actor Alfonso del Real inaugura la semana que viene otro local en el distrito Centro

Zarabanda, el local del actor Alfonso del Real y sus hiljos, ha logrado sobrevivir a la normativa municipal sobre las zonas de protección ambiental. El año empezó parael bar con polémica: la concejal del distrito de Chamberí, Mercedes de la Merced, enarbolaba las normas de protección del entorno para imponer un horario casi de oficina a una sala que se creó para refugio de noctámbulos más bien tranquilos. Ahora, Zarabanda se ha convertido en el destino -con un horario de 8 a 13 horas- de los que no se acuestan mientras quede algún bar abierto.

Han perdido mucho dinero (facturan sólo el 25% de lo que recaudaban antes), pero siguen en sus trece. Están empeñados en montar un café teatro cueste lo que cueste, y la semana que viene abrirán un local en el distrito Centro con todas las bendiciones municipales.Acaban de dar las once de la mañana. Susana y Juan, 25 años cada uno, se encuentran suficientemente frescos para seguir la marcha después de 10 horas de discoteca en discoteca. No han pagado las 1.000 pesetas que cuesta la entrada porque conocen al portero, pero sí las abonarán cuando el camarero les sirva su desayuno on the rocks. En la acera, un treintañero algo tambaleante negocia con los taxistas el precio de la carrera. Los profesionales del volante huelen a leguas dónde están los clientes, comenta Sergio, el portero. Esta es la escena de una mañana de sábado, domingo o festivo en Zarabanda. Cuando la concejal de Chamberí decidió impedir que el local funcionase como café teatro (de once de la noche a tres de la madrugada) se argumentó que había que preservar el medio ambiente de la zona. Pero sólo de noche.

Más molestias

La concejal De la Merced afirma que el nivel acústico de la calle es superior de día que de noche, de modo que el ruido de la discoteca molesta menos a los vecinos. "Esto es un problema técnico", asevera, "los técnicos dicen que se puede abrir por la mañana".Emilio del Real, hijo de Alfonso, considera que el horario matutino puede causar más molestias. "Yo preferiría tener un café teatro baJjo mi casa que vivir encima de un a after hours [como se denomina a este tipo de bares]", afirma Emilio. "A nosotros esto no nos gusta, no es lo nuestro", añade. Lo que no place a Emilio es recoger gente que sale de las discotecas y dar desayunos alcohólicos de buena mañana. El horario de Zarabanda se completa viernes y sábados con una sesión de tarde para adolescentes con precios reducidos.

"A los vecinos les choca ver gente vestida rara a las diez de la mañana", argumenta Emilio. Tato, el encargado de Zarabanda, comenta que al principio temían que el horario matutino llevara al bar drogas o altercados. "Pero hemos logrado controlar bastante ese tema", asegura. "Siempre hay alguien de seguridad en los servicios". Elena, una sueca de 21 años asidua a la noche, comenta que la cocaína y las drogas sintéticas corren allí "como en todas partes". Ella trabaja en Bocaccio, una de las discotecas que abandonan a sus clientes cuando Zarabanda les acoge. El que quiera bakalao, que se baje al sótano los guapos, arriba con el pinchadiscos; la planta del medio, para escépticos. "Es un sitio mixto", califica Félix, que apoya sus 23 años y un cacaolat con coñac en la barra más cercana a la entrada. "Aquí vienen lo mismo gays que lesbianas, que bakaladeros. . . ", enumera mientras llena el aire del frescor del recién duchado. Como otros muchos clientes Félix se levanta de madrugada para comenzar la fiesta bien despierto.

Emilio del Real confía en que los tribunales le den la razón y pueda hacer de Zarabanda el típico local de copas para gente más bien tranquila. Mientras los jueces resuelven el caso, abrirá con otros socios un café teatro en el distrito Centro. Dice que la Junta del distrito Centro que preside María Antonia Suárez, les ha ayudado mucho y no ha puesto trabas. "Nunca le podré agradecer bastante a la concejal de Centro la alegría que le ha dado a mi padre", concluye Emilio.

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