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Entrevista:ALFONSO VALLEJO POETA Y DRAMATURGO

"Madrid es incómoda, contradictoria y extraordinaria"

El firmante de dos títulos actualmente en cartel, Gaviotas subterráneas, en el Príncipe Gran Vía, y Sol ulcerado, hasta. el domingo 28 en el teatro Alfil, es un perfecto apologeta del error humano. A sus 50 años, rastrea novedades allí donde el teatro se anuncia alternativo, un ambiente dominado por el riesgo que Vallejo se resiste a abandonar. Escribió en francés su primera obra con 14 años, pero sólo considera serio su trabajo a partir del estreno en Londres de Fly bay, en 1973. En esa misma década recibió los premios Lope de Vega y Tirso de Molina de teatro, y entre su amplísima producción, muy ligada a la escena independiente, ha reservado tiempo a las bellas artes, es pintor, y a las artes bellas, es poeta. Nació en Santander, pero vive en Madrid, "desde siempre", según apostilla él mismo, como si hubiera perdido la cuenta de los años que lleva en esta ciudad. Pregunta. Viviendo tan cerca del parque del Retiro, escribirá usted con mucha tranquilidad.

Respuesta. Para escribir no hace falta calma, sino ideas y motivación. Sería dramaturgo aun viviendo en el filo de una espada. Los deseos fuertes están por encima de las ciudades.

P. Sol ulcerado se ha montado con un equipo joven, en una sala donde caben las copas, el mimo, el humor y el cabaré.

R. El teatro es algo único que puede hacerse donde sea. Basta con un mínimo de ganas, talento y un objetivo. Estoy encantado con el Alfil, porque las salas pequeñas permiten al público intimar con la función, como ocurre en Londres o Nueva York.

P. Usted defiende a ultranza el teatro alternativo, incluso como espectador.

R. El teatro comercial me interesa menos porque ya lo he visto casi todo. El riesgo es muy importante; si convertimos este arte en una operación mercantil, uno queda preso en la cadena de consumo. El teatro debería ser siempre vanguardia, igual que el talento debe estar plagado de errores.

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P. Y ¿cuál es el estado de la escena madrileña?

R. El desconcierto típico de esta época. Una sensación que cada cual debe aprovechar.

P. De todos los directores de escena con los que ha compartido su trabajo, ¿a quién admira en especial?

R. A William Layton. El mundo del teatro le debe un más que merecido homenaje.

P. Hábleme de su pasión por la poesía.

R. En términos científicos, la poesía es un arma de introspección. Es el descubrimiento de la realidad interna pasada por el silencio. Como arma, se distingue del teatro porque ni siquiera uno mismo, el autor, es el protagonista. Lo son la emoción y la idea. Cultivo la poesía con auténtica pasión.

P. Igual que acude a los toros.

R. Por los toros me alegro, entre otras cosas, de vivir en Madrid. La de torero es la más difícil de las profesiones y el máximo del arte. Esa lucha exquisita de antagonista a protagonista es puro teatro.

P. Le debe de gustar mucho Madrid cuando siente que aquí ha vivido desde siempre.

R. Madrid es un sitio extraordinario en lo bueno y en lo malo. Ha dejado de ser el centro neurálgico del país, porque hay otras muchas ciudades españolas con vida política y cultural. Pero resulta muy atractivo el contraste entre los restos de viejos pueblos manchegos y el progreso. Lo que otros llamarían toque pueblerino, para mí es un casticismo que la hace diferente a todas las demás ciudades. Una mezcla de pasado, presente y futuro, no siempre ordenados. Por eso es tan incómoda como estupenda.

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