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Muere el joven de 27 años apelado por un grupo de 'cabezas rapadas'

Un empleado sanitario de la unidad de vigilancia intensiva abría las puertas del recinto médico a las tres de la tarde de ayer para comunicar a continuación una mala noticia: Jesús Sánchez, de 27 años, había muerto después de 27 horas en coma como consecuencia de los golpes que le propinó supuestamente un grupo de cabezas rapadas en la plaza de las Comendadoras. Tres hermanos y una hermana del agredido recibieron en persona este nuevo mazazo en el hospital Clínico. La agresión a Jesús Sánchez se produjo coincidiendo con la conmemoración del 18o aniversario de la muerte de Franco.El diagnóstico negativo los médicos se confirmó en 24 horas. La víctima había sido atacada salvajemente, con objetos contundentes, en la madrugada del sábado al domingo. Sobre los autores de la agresión, sólo consta el testimonio de un hermano, de 17 años, del hombre fallecido. Según su declaración, Jesús pudo decir antes de perder el conocimiento que le habían agredido unos cabezas rapadas mientras se fumaba un porro en la plaza de las Comendadoras, muy cerca de su domicilio familiar en la calle de San Bernardo. La policía añade que no hay ningún otro indicio, porque en esa zona no se conocen incidentes durante el fin de semana, ni se tiene anotada la presencia de rapados a esas horas de la madrugada. "Los skins que hemos detenido este fin de semana fueron arrestados lejos de la plaza de las Comendadoras y no hay indicios de que estén implicados en esta agresión", explican portavoces de la Jefatura Superior de Policía, informa Jesús Duva. Según estos informantes, no hay ningún testigo de lo ocurrido. Sólo un mendigo de la zona decía ayer a los periodistas, entre contradicciones, que había presenciado el suceso.

Amigos y familiares comentaron que no era la primera vez que bandas violentas merodeaban por el barrio a la caza de toxicómanos. Los cabezas rapadas suelen centrar sus agresiones en personas de raza distinta de la blanca y en drogodependientes.

El mismo día de su ingreso en el centro sanitario, el domingo, el jefe médico del hospital, el doctor Martín Pinillos, comentaba que el paciente tenía pocas probabilidades de sobrevivir: "Una entre cien", dijo. Su estado era muy grave, había recibido un golpe letal que le hundió el cráneo. Pese a la rápida operación quirúrgica, el fuerte hematoma alrededor del cráneo y la contusión cerebral le provocaron la muerte. Según el parte de defunción, el hombre apaleado murió a las tres de la tarde.

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Los amigos del fallecido aseguran que no es la primera vez que sufren agresiones

La muerte, según el parte, sobrevIno como consecuencia de las graves lesiones que padecía, es decir, la acumulación de sangre en las envolturas cerebrales y las contusiones en el tejido cerebral. Todo ello le condujo a un gravísimo estado de coma.

El fallecido era un joven amable y cordial, según comentaron varios vecinos. Un familiar aseguró anoche en el hospital que era una persona de buen aspecto y fuerte. "Fumaba porros pero ya no estaba enganchado a las drogas", indicó este pariente. Anteriormente, Jesús Sánchez había sido detenido en 54 ocasiones, 40 de ellas por robos. Carlos Sánchez, su hermano, justificó el silencio de la familia en la puerta de su casa: "Hablaremos después del entierro del miércoles y diremos lo que ha ocurrido, pero desde luego que tengan claro- que han sido cabezas rapadas".

Anoche, mientras el cadáver de Jesús estaba ya en el Instituto Anatómico Forense, sus amigos del barrio, una docena, estaban congregados como cada atardecer en el lugar donde horas antes ocurrió la agresión. Al calor de una hoguera y fumando porros. Entre ellos se hablaba de venganza e incluso comentaban: "A los niñatos neonazis de la plaza de los cubos [por Princesa, 3, un lugar clásico de reunión de los skins] había que darles un repaso. Han sido ellos".

Un hombre, tras darle un sorbo a una litrona, añadió: "Hasta que no se les pague con la misma moneda no se van a cortar". Los amigos del muerto aseguran que los cabezas rapadas suelen pasarse por Malasaña los viernes y los sábados. "Si ven que somos muchos pasan de largo, y si estamos uno o dos vienen a por nosotros". Tambien decían que han denunciado sin resultados los ataques que han sufrido. "A mí me rompieron la nariz y me patearon la moto. Me quedé sin ella y soy mensajero", decía uno de ellos. Un rubio melenudo, con el casco de la moto en el codo, y el vaquero ceñido, se señaló un pómulo: "Mira, tronco, me han partido la cara".

A Jesús le agredieron justamente el mismo día en que se pusieron en marcha las brigadas especiales de policía dedicadas a peinar las zonas donde se mueven estos grupos violentos. Los 20 agentes especializados en el control de las tribus urbanas empezaron a trabajar con motivo del 20-N, el aniversario de Franco, según la Jefatura Superior de Policía. Este grupo centraliza la investigación de todas las denuncias de agresiones provocadas por bandas. "El Grume (Grupo de Menores) lleva todos los asuntos de menores, tanto el trabajo de calle como el seguimiento de casos; este nuevo servicio hace lo mismo con los problemas derivados de las tribus urbanas agresivas", añaden en Jefatura. "Por ejemplo, si en una pelea, está involucrada una banda de este tipo inmediatamente el asunto pasará a sus manos", concluyen.

Error y dos manifestaciones

El nuevo grupo está formado por agentes adscritos a la Brigada de Información. Portavoces policiales aseguran que las 28 detenciones practicadas con motivo de las manifestaciones de este fin de semana están ya coordinadas por este servicio. De esas detenciones, 12 se produjeron el sábado y 16 el domingo. Cuatro de los arrestados el sábado son franceses y pertenecen a un grupo que acudió a la plaza de Oriente en autobús para la conmemoración.

En los incidentes resultaron lesionados tres agentes. No se requisó ningún arma de fuego, pero sí armas blancas como puños de acero y porras. Entre ultras y rapados arrestados no hay ningún policía.

Las declaraciones de repulsa se sucedieron ayer: Joaquín Leguina pidió una respuesta contundente de toda la sociedad. Y el alcalde, José María Álvarez del Manzano, dijo a Radio Nacional que fue un error hacer coincidir el domingo dos manifestaciones tan distintas como la del 20-N y los antifascistas.

"Me golpearon sin mediar palabra", dice otro agredido

Jesús Sánchez no fue el único agredido en Madrid por bandas de cabezas rapadas el pasado fin de semana. F. J. T., de 19 años, voluntario de Protección Civil, sufrió una brutal agresión a las 19.45 del sábado, también a cargo de grupos de skins, pero él pudo contarlo. Otros dos muchachos han sufrido agresiones menos contundentes.Ayer, muy nervioso y conmocionado, explicaba en el informativo Crónica Madrid, de Radio Nacional de España, cómo sucedieron los hechos: "Me dirigía hacia el balcón de Rosales por el paseo de Moret con el uniforme de Protección Civil, cuando me asaltaron cuatro cabezas rapadas y, sin mediar palabra, empezaron a golpearme y caí al suelo sin conociMiento". Los golpes, en rodillas y cabeza, se los dieron con un bate de béisbol. "Lo sucedido no tiene explicación, o te confunden con otro o creen que porque llevas el uniforme vas detrás de ellos. Son unos cabrones que no tienen derecho a hacer esto, no tengo inconveniente en que apoyen a Franco, pero que dejen tranquila a la gente", afirmó ante los micrófonos.

Un estudiante altruista

"Cuando me tiraron al suelo cogí el silbato para llamar la atención, y dos hombres con los que me había cruzado pararon la agresión y llamaron a la ambulancia", añadió. F. J. Estudiante de enfermería, ayudante de camarero y voluntario de Protección Civil en sus horas libres, había quedado citado en el paseo del Pintor Rosales con un conocido para dirigirse a la localidad de Torremocha del Jarama a prestar un servicio.

"Estoy nervioso y con miedo de volver a encontrarles, me estoy planteando no acercarme por esa zona de Moncloa. Antes iba los fines de semana y casi siempre me ha tocado llamar a la policía o a la ambulancia porque había este tipo de movidas, ahora iré a sitios más tranquilos", concluyó.

La madre del muchacho aseguró ayer tarde a este periódico que su hijo tenía mucho miedo a que se repitiese la agresión. El estudiante no hizo declaraciones al diario. Su madre declinó hacer otro tipo de manifestaciones, salvo rogar que la identidad del hijo quedase protegida con iniciales.

Otro joven, de 16 años, denunció el domingo en la comisaría del distrito de San Blas una supuesta agresión por otros tres muchachos en el metro de Avenida de América.

El chico, de nombre Paco, estudiante de formación profesional, asegura que, hacia las diez de la noche, él y otros dos amigos iban a hacer un trasbordo desde la línea 7 (San Bernardo-Esperanza) a la 4 (Avenida de América-Las Musas) cuando fueron golpeados sin motivo aparente.

"Después nos dijeron los de seguridad del metro", explicó a EL PAÍS, "que se trata de una banda que actúa por la zona de Moncloa".

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