"Vivo en Leganés"
José Luis Pérez Caminero, de 26 años, es uno de los seis madrileños del Atlético y uno de los tres que figuraron en la última convocatoria de la selección española. Caminero, que inició su carrera de futbolista en el Madrid, ha vuelto esta temporada a la capital tras cuatro años en Valladolid. Nada más llegar, compró un piso en Leganés, su localidad de siempre.Pregunta. La costumbre desvía a los futbolistas hacia zonas residenciales de lujo. ¿Por qué Leganés?
Respuesta. Más que nada, por arraigo. Soy de aquí; aquí he vivido durante 20 años, y me gusta la zona.
P. Pero es una localidad que no se libra de los problemas de la periferia del sur.
R. Las zonas catalogadas de más alto nivel son las que, al final, más problemas de inseguridad padecen. Los ladrones van a donde hay algo que robar. Además, vivo en un barrio bonito, junto a Parquesur. Aquí viven también López y Sabas. Hay muchas zonas de marcha, aunque yo ni las huelo.
P. Cinco meses han bastado para ser nombrado el personaje más popular de Leganés.
R. Siempre es bonito que los de tu pueblo reconozcan tu trabajo. Sobre todo, cuando hablamos de Madrid, en donde, a diferencia de otras ciudades más pequeñas, tienes más facilidad para pasar inadvertido.
P. Después de cuatro años, ¿le ha costado readaptarse a Madrid?
R. Todavía no me he acostumbrado. En Valladolid me recorría la ciudad en 15 minutos; todo se hacía despacio, con calma. Aquí, no. En Madrid se vive muy deprisa, con demasiados agobios, con estrés permanente. Me gusta, pero también Valladolid. La ciudad ideal sería un término medio.
P. Con tantos edificios juntos y tantos coches, ¿cómo pueden salir futbolistas de Madrid?
R. Por los colegios. A mí me bastaba con cruzar la calle y ya estaba en el Víctor Pradera. En Leganés, al menos, las escuelas disponen de terreno y cuentan con canchas de balonmano. Para empezar, valen. El problema llega en los institutos. La gente no piensa tanto en el deporte, las instalaciones sólo se adecúan para los estudios y cada cuál debe buscarse la vida.
P. ¿Un futbolista de prestigio está al corriente de los males que acosan a su vecindario?
R. Sí, y los padece igual que si fuera un carpintero.
P. ¿Por ejemplo?
R. La drogadicción y el paro son los problemas más preocupantes. Si no fuera futbolista no sé lo que estaría haciendo. Se estudia una carrera y no, se encuentra salida. La gente ya no confía tanto en ellos. El fútbol, el deporte, sí es una salida. Habría que fomentarlo. Incluso, como obstáculo a la droga. Es un problema que afecta cada vez a más gente y que como no se frene pronto va a terminar por degenerar por completo a la sociedad.
P. ¿Ha sufrido en sus carnes la inseguridad ciudadana?
R. De pequeño, con 14 años. Me quitaron el jersey y el poco dinero que llevaba. Ahora, gracias a Dios, ya no.
P. ¿La fama le impide llevar una vida de barrio normal?
R. No, yo salgo por el barrio y con mis amigos de la infancia. Me gusta que los niños me reconozcan y me pidan autógrafos. También hay mucho pesado.
P. Un personaje tan popular, ¿barrería en las elecciones si se metiera a político?
R. No creo. Hay que tener un carisma especial. Sí pienso que los deportistas deberían ocupar algún cargo en el Ministerio de Deportes.
P. ¿Por dónde empezaría a arreglar su ciudad?
R. Por el paro, acabar con la droga y fomentar el deporte.
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