El PC Chino defiende la apertura económica y el inmovilismo político

El tercer pleno del 140 Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), convocado sin publicidad y celebrado a puerta cerrada, terminó ayer en la capital del país asiático, Pekín, con la publicación de una declaración a favor de profundizar en la apertura económica siempre que el proceso se acompañe de un marco legal más sólido y mayor control estatal. Confirmó, además, que el régimen no será generoso con la disidencia ni permitir el pluralismo.Se trata de seguir adelante pero evitando que la inflación, el descontrol financiero, la especulación o la injusticia en el reparto de la nueva prosperidad malogren la compleja reforma del anciano máximo dirigente, Deng Xiaoping, y desencadenen el caos social.

Un despacho de la agencia Nueva China informó que los cuadros del partido comunista, que cuenta con 50 millones de miembros, redactaron las líneas fundamentales de un "programa de acción para reestructurar la economía en la década de los noventa".

La nota añade que se trabajará activamente en "la reestructuración política y promoción de la democracia socialista" fórmula empleada frecuentemente para modificar el marco administrativo y subrayar el monopartidismo.

Nuevo grupo disidente

A pesar de que ayer se anunciaba la creación de un nuevo grupo disidente, la realidad demuestra que el activismo político apenas puede hacerse notar porque la represión policial lo impide y porque la mayoría de los chinos están demasiado ocupados en aprovechar una de las pocas libertades posibles: la de hacer dinero y disfrutarlo.

El plenario aludió a una mayor severidad en el castigo del delito común, cuyos índices han crecido con repuntes tan peligrosos como los inflacionarios, y reconoce, sin citarlos, la existencia de disturbios entre las minorías musulmanas.

La declaración del Comité Central, cuyos detalles no fueron divulgados, se completa con un anexo de 50 artículos relacionados con las distintas áreas económicas necesitadas de un soporte más sólido, fundamentalmente el sistema impositivo y bancario.

El comunicado habla de un nuevo plan "para establecer la economía de mercado socialista", eufemismo que la cúpula del PCCh. se empeña en seguir utilizando cuando alude a una apertura, que en muchos aspectos es más salvaje y capitalista que en Hong Kong, colonia británica que dentro de cuatro años será devuelta a China.

El pleno del Comité Central, dice la declaración distribuida por la agencia oficial, llegó a la conclusión de que "establecer un sistema de mercado socialista significa hacer del mercado un factor fundamental en la disposición de los recursos bajo el macrocontrol del Estado"; el sector estatal continuará siendo la columna vertebral del sistema.