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Anguita acusa al PSOE de abrir el camino a "la tentación autoritaria" con su política antiobrera

Javier Rivas

El "magma" del fascismo crece en la sociedad occidental en crisis y, particularmente, en la española. El coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, cerró ayer la conferencia federal del PCE detallando los múltiples síntomas de ese cáncer que dice que crece a nuestro alrededor. Anguita respaldó la opinión del responsable ideológico del PCE, Manuel Monereo, de que la política del PSOE contra los trabajadores y los sindicatos está "desarticulando la base común de la izquierda" y dejando el camino expedito "para las tentaciones autoritarias".

Anguita, en su discurso más vehemente de los últimos meses, ejemplificó ese poso fascista en el descrédito en que se ha puesto a la política y los políticos, el avance de la competitividad "como faro" que plantea el enfrentamiento entre trabajadores, la exaltación de la violencia individual como forma de resolver los problemas o las apelaciones a la necesidad de un Estado fuerte. A todo ese "fascismo sedicente" sólo falta que alguien le diga Levántate y anda, advirtió el coordinador general de IU. "El fascismo es hijo del capitalismo en crisis", aseguró en distintas ocasiones.Anguita reclamó varias veces a los periodistas que transmitan un mensaje a quien pueda volverse contra él por sus palabras: "Que lean" cómo nació el fascismo.

El secretario general comunista echó el resto en los adjetivos que dedicó al panorama cultural de España -de Occidente en general-, el cual, a su entender, contribuye a que crezca el poso fascista: "inmundicia cultural", "basura" que se vierte en televisión con la anuencia de los poderes públicos, "excrementos de la peor de las civilizaciones", que llegó a ejemplificar en alguna serie.

¿La receta?: la movilización, el "combate a muerte" contra todo eso. El líder de IU puso su esperanza en la campaña de protestas emprendida por su formación política, ejemplarizada en la chapa con el lema Rectificación que él mismo portaba al pecho, y se marcó un reto: "Hasta que no veamos a cientos de miles de personas con esta chapa, en los confesionarios, en la tribuna del Congreso y en la calle, no empezaremos a caminar". En la sala, los delegados de la conferencia que la llevaban eran minoría.

Tras la última reunión de la presidencia federal de IU, el lunes pasado, Anguita se resistió a opinar sobre el diálogo de su formación con el PSOE para no ser malinterpretado. Ayer fue de claridad meridiana. El líder de IU se mostró tajante en que no puede llegar más allá de "algunos acuerdos parlamentarios" con un partido -el socialista- que ya ha hecho "una opción de clase" y representa unos intereses antagónicos a los de una fuerza de izquierdas. Anguita abundó en que se pide a su formación que sea "responsable y acepte lo que hay, e IU no quiere formar parte del estatus". Y cuando Izquierda Unida pretende mostrar otra cara de la realidad, según su máximo dirigente, se la acusa de marginalidad.

Los delegados aprobaron una resolución del presidente de honor de CC OO, Marcelino Camacho, que apoya las protestas convocadas por los sindicatos para el día 25, pero apostilla que "es necesario mantener la presión continuada bajo diferentes formas", incluida una huelga general.

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Sobre la firma

Javier Rivas
Forma parte del equipo de Opinión, tras ser Redactor Jefe de la Unidad de Edición y responsable de Cierre. Ha desarrollado toda su carrera profesional en EL PAÍS, donde ha trabajado en las secciones de Nacional y Mesa de Cierre y en las delegaciones de Andalucía y País Vasco.

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