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Entrevista:

"La ventaja danesa es el contragolpe"

Ramon Besa

RAMÓN BESA, Michael Laudrup se presenta como la gran amenaza de España en el encuentro frente a Dinamarca, decisivo para repartir las dos plazas que dan acceso al Campeonato del Mundo de Estados Unidos 94 en el tercer grupo europeo. Después de un discreto paso por Italia, Laudrup ha reimpulsado su carrera en el Barcelona hasta el extremo de convertirse en uno de los futbolistas más admirados de Europa.

Pregunta. Es de suponer que apuesta por Dinamarca en perjuicio de España...

Respuesta. Me hago dos reflexiones. Una: ¿por qué no pueden clasificase las dos? Nadie puede asegurar que la República de Irlanda ganará en Irlanda del Norte. Otra: lo más probable es que una de las dos, España o Dinamarca, se quede en casa. Conclusión: mejor será que intentemos ganar y, en caso contrario, pedir ayuda en el partido de Belfast. Lo que está claro es que la jornada se juega en dos terrenos, no sólo en el Sánchez Pizjuán.

P. ¿Qué será más decisivo: el factor campo o el contragolpe danés?

R. España es favorita, en principio, porque juega en casa, pero hay muchos factores que condicionan este pronóstico. Los dos equipos jugamos de forma parecida: nos gusta el contraataque. España triunfó en Dublín y Dinamarca ganó la Eurocopa de Suecia 92 jugando al contragolpe. Ésa es nuestra ventaja: jugamos en cancha contraria y podemos actuar a la contra porque, además, nos valen dos de los tres resultados posibles.

P. ¿Y el público?

R. El comportamiento del público, en Sevilla y en todas partes, depende del juego. Anima a su equipo, pero, si el rival es mejor, decae. ¿En qué influyó el irlandés en el partido contra España?

P. ¿Usted, que ha sido elegido como el mejor extranjero de la Liga española y siempre se ha distinguido por su deportividad, sería capaz de marcar el gol que eliminara a España y clasificara a Dinamarca?

R. Yo, puesto a elegir, querría que nos clasificáramos los dos, pero, si no puede ser, mi sueño es que Dinamarca vaya al Mundial porque, ante todo, soy danés. Nada más.

P. ¿Cómo responderá a una entrada de Ferrer? ¿Qué le dirá a Nadal cuando se cruce con él? Media selección española está formada por compañeros suyos en el Barcelona.

R. Mi obsesión en el campo es jugar para, no contra. Es decir, yo voy con Dinamarca y no contra España. No puedo pensar en pisar al Chapi Ferrer para provocarle porque ésa no es mi forma de ser. Yo respeto por igual a un jugador internacional que a un aficionado. También sé que si el Chapi me tiene que dar una hostia me la dará. Yo sé que, una vez acabado el partido, volveremos a entrenarnos Juntos. Voy a tener enfrente a un grupo de gente buena, de grandes jugadores. No es gente cualquiera.

P. ¿Se asignaría un marcaje individual?

R. Yo creo que Javier Clemente asignará un marcador para mí y otro para mi hermano, Brian. Y el mejor marcador de España es Ferrer. Pero las marcas individuales tienen un inconveniente: si me ponen un tipo detrás mío, soy yo quien decido donde juego y a lo mejor me tiro sobre el libre español y caemos tres jugadores en un metro cuadrado, circunstancia que facilitaría el trabajo de Dinamarca. En el Barcelona hemos demostrado cómo hay que desequilibrar un partido cuando el rival marca al hombre.

P. Ni Dinamarca ni España juegan como el Barcelona.

R. Nosotros jugamos como el Deportivo. No hay extremos y sí dos carrileros, que son vitales. Yo tampoco juego como en el Barcelona. En la selección tengo que trabajar más en la defensa. Diría, por otra parte, que España y Dinamarca se parecen mucho. Se parece el estilo de juego, se parecen los seleccionadores y es parecido el trato de la Prensa: "Han ganado bien; pero...", dicen. Siempre hay un pero en los periódicos.

Hay quien se queja de la falta de espectáculo y yo digo: miren el mapa de Europa y pregúntense: ¿se ha clasificado Holanda para el Mundial?, ¿Inglaterra?, ¿Francia?, ¿Italia? Mandan Noruega, Suecia, Suiza... No hay un punto de referencia. Todas las grandes selecciones tienen problemas y hoy no se gana por calidad. La norma es: gane y luego dé espectáculo. Combinar las dos cosas sólo lo han hecho algunos equipos, como el Milan, el Barcelona, el Ajax..., pero ninguna selección.

P. Precisamente, argumentaba antes que no quería volver a la selección, entre otras cosas, porque llevaba el freno de mano puesto.

R. Era una expresión. Reflexioné sobre mi ausencia y decidí que no que ría retirarme sin saber cuál podía ser mi aportación a ella. Tomada la decisión, lo que no podía hacer era dejar el trabajo sucio para mis compañeros y luego, una vez clasificados para el Mundial, decir: me apunto. Así que, al comenzar la temporada, dije: hay trabajo por hacer, aquí estoy. Pero ni yo necesitaba a Dinamarca ni Dinamarca me necesitaba a mí.

P. Hay quien supone que su vuelta a la selección estuvo originada por la presencia de cuatro extranjeros en el Barcelona cuando sólo pueden jugar tres como titulares.

R. Hay muchas interpretaciones, ¿no? Pero no es malo irte de casa [del club] aunque sólo sea por un par de días, cambiar de aires. Es otra cosa. Vives de otra manera.

P. En cualquier caso, ahora dispone de más tiempo.

R. El Barcelona tiene cuatro extranjeros, sólo pueden jugar tres y hay más de 50 partidos a repartir. Quiere eso decir que cada uno de nosotros dejará de jugar de 10 a 12 al año más o menos. O sea, todavía me queda mucho banquillo. Es una experiencia nueva y nunca sabes cómo reaccionarás cuando te toque. Por eso digo que no hablaré de mi renovación hasta el último momento [su contrato finaliza el 30 de junio de 1994]. Yo sé que la temporada que viene será igual que ésta y, por tanto, antes tengo que saber el balance actual para decidir qué haré respecto al próximo.

P. El arranque del campeonato está siendo muy tenso en el Camp Nou. ¿Hasta cuándo durará la solidez del colectivo?

R. Hay muchos partidos, cambios, los extranjeros... Pasan muchas cosas cada jornada. Yo siempre digo que, si no fuera por la calidad humana que tiene la plantilla, por su forma de ser, por su carácter, habría más de un incendio. Si fuéramos unos cabrones, no sé como acabaría todo eso. El cuerpo técnico tiene mucha suerte de disponer de un grupo como éste. Muchos entre nadores lo querrían para sí. Nunca ha bía visto una gente tan sana como la que hay ahí dentro del vestuario azulgrana.

P. No parece que sus relaciones con Johan Cruyff, el preparador del Barcelona, sean muy buenas.

R. Cruyff definió nuestra relación de forma perfecta en el libro Mis futbolistas y yo. Por un lado, dice que no me vacío. Por otro, comenta que, si hubiera llegado un año antes al Barcelona, ahora tendríamos cuatro Ligas en vez de tres. Yo no entiendo ni comparto algunas de sus críticas de la misma forma que él no entiende ni comparte algunas de mis opiniones, pero los dos tenemos cosas que agradecernos. Yo le debo el que me llevara al Barcelona y él me tiene que agradecer otras cosas. Él sabe lo que yo represento.

P. Cruyff le ha criticado veladamente en los últimos partidos. ¿Cómo definiría su momento de forma?

R. Mi nivel de juego creo que está bien. Sólo me quejo del partido de Riazor y de la segunda parte del jugado en el Calderón. El problema es que, normalmente, alguien como yo debe marcar al menos un gol cada cuatro partidos y esta campaña no lo he hecho. Hay que jugar bien y meter algún gol. Si no, pasas inadvertido. Lo que sucede es que la llegada de Romario ha causado una mutación en nuestro juego ofensivo. Romario puede ser el pichichi, pero también disminuirá la capacidad goleadora de los demás jugadores con relación a temporadas anteriores. Búsquense las cifras pasadas y se verá que había mucha gente que marcaba goles: Stoichkov, Txiki Begiristain, Bakero, yo... Ahora resulta que los goles se concentran más en Romario.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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