Las marionetas de Canal Plus inquietan al Gobierno francés
Jacques Chirac, sempiterno candidato a la presidencia de la República Francesa, ya ha encontrado qué explica su constante baja en los sondeos de popularidad: la culpa es de una marioneta. El programa de Canal Plus Les guignols de l'Info, que se emite sin codificar y tiene más de tres millones de adictos diarios, es el responsable de que hoy Chirac sea peor candidato que Balladur, Delors e incluso que Rocard. Y algunos próximos al alcalde de París han hecho llegar a la dirección de Canal Plus su inquietud, vinculándola a la renovación de la concesión de que disfruta Canal Plus y que acaba en 1995.
Los Guignols son unas marionetas que a las ocho de la noche invaden la pantalla de Canal Plus para reírse de la actualidad y, sobre todo, de la manera cómo pretenden contárnosla políticos y famosos. Antes de las elecciones, todo iba viento en popa para Chirac. En sus duelos con Giscard siempre salía vencedor, aunque a él, a menudo, le presentaban como una paranoico del poder, un tipo que hace grandes esfuerzos por controlarse y aparecer distendido, pero que es un manojo de nervios a punto de estallar.Amenaza
Benoit Delépine, uno de los autores de los Guignols, ha declarado en la radio que "una censura exigida por el exterior de la empresa amenaza nuestra emisión". Alain de Greef, director de programas de Canal Plus, precisa que "nunca hemos recibido presiones directas, pero, a través de intermediarios, se, nos han hecho llegar quejas y sugerencias". De Greef es tajante: "El director de programas soy yo. Si alguien toca algo, nos vamos todos".
En la actualidad, la marioneta de Chirac anda siempre en chándal, haciendo footing para calmarse e inaugurando exposiciones de crisantemos. La calma y popularidad de Balladur ponen frenético al muñeco de Chirac. La renovación de la concesión es la oportunidad para meter en cintura a los irreverentes.
El Gobierno quiere que Canal Plus no emita películas doce meses después de su estreno y pide que lo haga 18 meses más tarde. Se trata de dejar más tiempo a los estadounidenses para vender sus casetes, en venta a los nueve meses del estreno en sala. Pero el Gobierno quiere también que Canal Plus, con sus 3.600.000 abonados y 1.200 millones de francos (unos 26.000 millones de pesetas) de beneficios, invierta aún más -250 millones de francos en vez de los actuales 95- en el cable y produzca mayor número de programas para los canales cableados que controla. Además, TF-1 y M-6, los canales privados rivales, exigen que Canal Plus no tenga derecho a ingresos publicitarios durante las horas que emite sin codificar. Son, pues, muchos los elementos a negociar con vistas a una nueva concesión a partir del 6 de diciembre de 1995. Y los muñecos de látex y su irreverente tendencia a marionetizar a ciertos intocables pudieran pagar el pato y pasar a ser "si tes que le Bebete Show" ("tan tontas como el Bebete Show", las marionetas domesticadas de TF-1).
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