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Los jesuitas ponen la primera barrera judicial contra la Operación Chamartín

EL PAÍS Al sonar la campana de vía libre a la operación de reforma de la estación de Chamartín -620.000 metros cuadrados y 135.000 millones de inversión-, la Compañía de Jesús se ha apresurado a bajar la primera barrera judicial. La orden religiosa ha reclamado ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la reversión de los terrenos que le fueron expropiados para la construcción de las instalaciones ferroviarias de Chamartín.

Según publicó ayer el rotativo económico Cinco Días, los jesuitas consideran que Renfe va a modificar el destino para el que fueron expropiadas sus parcelas -de unos 13.000 metros cuadrados de superficie- al adjudicar a Argentaria la operación de reforma urbanística de Chamartín, que incluye la construcción de viviendas, comercios y oficinas (Véase EL PAÍS del pasado 29 de octubre), proyectada por el arquitecto Ricardo Bofill. El diseño de esta propuesta representa una reforma del arco norte de la ciudad, donde las vías del tren abren una herida al trazado urbano.Un portavoz de Renfe puntualizó ayer que las propias bases del concurso de adjudicación preveían que serían respetados los derechos de reversión de los antiguos propietarios de terrenos y que, por lo tanto, cabe negociar "caso por caso".

Las expropiaciones masivas de terrenos en los años cuarenta para la construcción de Chamartín ya han tenido recientes precedentes de solicitudes de reversión, como el caso de las torres de KIO en la plaza de Castilla. Una oparación similar, esta vez en una parcela del Canal de Isabel II, también en la plaza de Castilla, de la Comunidad de Madrid se vio bloqueada ante las reclamaciones de los antiguos titulares del suelo.

El Estado expropió en los años cuarenta a la Compañía de Jesús más de 40.000 metros cuadardos en la zona de Chamartín. Ahora Renfe prevé construir equipamientos públicos, oficinas y 5.000 viviendas, además de nuevas vías públicas en torno a su terminal ferroviaria.

Dominio público

Sin embargo, la oferta de Argentaria en la Operación Chamartín era la única que se hacía cargo de todos los contenciosos jurídicos de la actuación inmobiliaria. Por esta razón, Renfe derivará cualquier reclamación al grupo de la banca pública. Fuentes de la compañía ferroviaria destacan que en ningún momento se ha hablado de venta de suelo: "Renfe mantiene el dominio público sobre la estación y la playa de vías; lo que se cede es el derecho de vuelo y no el suelo, los trenes seguirán circulando".

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Al mismo tiempo, Renfe advierte de que aún no hay "un dibujo" del proyecto ni el Ayuntamiento de Madrid ha revisado aún el Plan General de Ordenación Urbana. "Es difícil saber cuáles serán los terrenos afectados", indican en Renfe; "inicialmente, no está planteada la desafectación del uso ferroviario de Chamartín, y eso lo defenderemos en los tribunales".

Mientras, un portavoz de Argentaria aseguró ayer que la entidad financiera no tiene aún "constancia formal de la interposición de la demanda". Argentaria subraya que no ha recibido la adjudicación del suelo, sino "una cesión del derecho de superfice durante 75 años", y que en la operación no hubo venta de suelo, que mantiene su carácter de dominio público.

Por su parte, fuentes de la Compañía de Jesús aseguraron ayer que los responsables del departamento administrativo -quienes han presentado la demanda- no estaban localizables y no regresarán a su oficina hasta mañana, tras el puente de la Virgen de la Almudena.

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