Un encargado de Alcalá 20 testifica que el fuego no pudo ser intencionado
Algunos abogados de los procesados sostienen que el incendio de Alcalá 20 fue intencionado. Se aferran a que un grupo de clientes estuvo jugando aquella noche con una vela en el escenario, lugar donde se declararon las primeras llamas. Sin embargo, la versión expuesta ayer por un encargado del local, Antonio Andrés Jiménez, resta verosimilitud a esa tesis y abona la hipótesis que barajan algunos peritos; es decir, que la causa de la tragedia fue un cortocircuito localizado en un cuadro eléctrico que había detrás de las cortinas del escenario.
Jiménez, de unos 55 años, confesó ayer que, al menos una hora antes de aparecer el humo, observó a un grupo de clientes jugando con una vela en el escenario. Les llamó la atención y la retiró. Fue Jiménez quien, sobre las cinco de la madrugada, encendió la luz que implica el fin de la velada. Después se acercó al escenario para correr las cortinas, pero no vio a nadie allí. "Cinco o diez minutos después" observó que salía humo del escenario, detrás de las cortinas.Varios supervivientes de la tragedia han declarado que vieron a gente jugar al tren con un cirio en la mano. Salvo uno, que observó la vela un cuarto de hora antes de declararse el incendio, los demás coinciden con Jiménez en que desde que vieron la vela hasta que surgió el humo pasaron más de 60 minutos. La vela apareció días después "al lado del guardarropas y se la llevó la policía", según Jiménez.
Ante el humo, "palmas"
Al ver el humo, Jiménez mandó a los clientes abandonar la discoteca, pero lagunos no le hicieron caso; "se quedaron allí haciendo palmas", explicó. Fue en busca de la manguera antiincendios, pero ésta carecía de presión. Declaró que sí había extintores en el local, aunque no recuerda si llegaron a funcionar. Junto a Jiménez también intentó apagar el fuego Pedro Rascón, "gerente y jefe de sala de la discoteca".
Como el fuego se hacía ingobernable y no había medios para atajarlo, Rascón dijo: "Vámonos de aquí corriendo", explicó Jiménez. Este huyó por una puerta que comunica con edificios colindantes al del Alcalá 20.
Álvaro Díaz, uno de los bomberos que primero llegaron al incendio, destacó, por su parte, que el humo era muy denso y sufrió un mareo.
Concluyó ayer su declaración Luis Sabroso, el portero de la discoteca. Matizó que cuando los inspectores iban al local, que se llamaba Lido, entraban en el despacho del gerente [cargo que por aquellas fechas ocupaba Guillermo Berbén] y luego tomaban una copa en la barra.
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