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LA CRISIS DEL AUTOMOVIL

El 'bombero' Superlópez

Seat quiere ayudas de 10.000 millones para financiar el 40% de las prejubilaciones

José Ignacio Iñaki López de Arriortúa ha comenzado a oficiar, también, de bombero de Volkswagen para apagar el fuego de la Zona Franca, la planta que dejará de fabricar automóviles para convertirse en un taller de prensa y, si la ventura lo permite, en un parque de suministradores de piezas para Seat. La primera misión del bombero consiste en lanzar el nuevo mensaje: Seat debe ser la joya de la corona del grupo automovilístico. A la rudeza alemana, que ha transmitido el deseo liso y llano de salvar a la empresa automovilística concentrando toda la producción en Martorell, López de Ariortúa opone un mensaje igualmente extremo. "Nuestro ideal es no despedir a nadie. Tenemos que encontrar trabajo, entre todos, para cada una de las personas que en este momento constituyen el excedente de Seat", dijo el pasado martes en una entrevista con EL PAÍS. Pero aunque López de Arriortúa pone el acento en lo bueno de Seat, su visión no es diferente de la de sus colegas alemanes respecto de lo malo: Zona Franca.El profesor Waltzer, presidente de Seat por algunas semanas, hasta el nombramiento de un sucesor estable, hizo anuncios dramáticos el viernes 22 en Barcelona al advertir que se busca reducir 9.000 empleos. ¿Improvisó Waltzer? Existen pruebas de que no fue así. Ferdinand Piëch, presidente de VW, despachó ese día de Wolfsburg con destino a Barcelona a su nuevo responsable de comunicación, Otto Wachs, con instrucciones precisas: "Tenéis que decir toda la verdad". Waltzer lo hizo: regulación de empleo para 4.600 personas, jubilaciones anticipadas para 3.000, no renovación de 1.400 contratos temporales.

Por su parte, López de Arriortúa afirma a este periódico: "Martorell es la fábrica más moderna de Europa. Los productos de Seat, como el Ibiza, el nuevo Córdoba y el Toledo, han alcanzado el nivel de calidad alemán, para no hablar del nuevo Polo previsto en Pamplona; por tanto, tenemos lo más difícil: una verdadera fábrica integrada de automóviles, con diseño propio, producción y redes de distribución. Pero con un nivel de utilización de nuestra capacidad del 44% es imposible salir adelante. Hay que producir en Martorell aprovechando un 80% de nuestra capacidad: 345.000 unidades. Ése es el principio de la solución". Aunque López de Arriortúa habla en cifras redondas, cuando se le pregunta por los números contesta: "Unos 4.000 trabajadores tendrán que acogerse a la regulación de empleo, 3.000 entrarán en un régimen de jubilación voluntaria y sobre 1.700 contratos temporales quedarán unos 300 como fijos". ¿No suena esto, en un castellano con acento vasco muy de pueblo, al plan anunciado por Waltzer, eso sí, en castellano macarrónico? "Yo creo que hay una diferencia: Zona Franca será un taller de prensa, con unos 1.300 trabajadores, otros 200 operarios fabricarán puertas y capós y trasladaremos a unos 800 empleados y staff desde Martorell para concentrar la administración y los servicios de Seat. A esta cantidad habrá que añadir otras 2.000 personas a las que dará trabajo el parque industrial de proveedores de la empresa. En total, Zona Franca contará con 4.300 personas". Siempre, claro está, que el parque industrial abandone la imaginación actual para convertirse en realidad.

A diferencia de Ferdinand Piëch, el patrón de VW que le contrató, López de Arriortúa no se presenta con aire dramático. "Se han cometido errores de previsión en el mercado, las pérdidas que se iban dando no eran correctas, pero de esta situación a plantear la caída y desaparición de Seat, como he escuchado, hay una distancia tremenda. Necesitamos un equipo que haga el ajuste necesario para aprovechar lo que ya tenemos, los productos, que, insisto, es lo más dificil", explicó a este periódico.

Una fuente informada quita hierro a la existencia de diferentes matices entre López de Arriortúa y sus colegas alemanes. "El canto más optimista de López de Arriortúa es el resultado de una sugerencia directa del Gobierno de Bonn. En la entrevista con el canciller Helmut Kohl, el presidente Felipe González, el viernes 22, se quejó de la conducta de Volkswagen ante el Gobierno español desde que empezó la crisis". En efecto, el mismo día en que González y Kohl analizaban el tema Seat en su agenda, Waltzer, por indicación de Piëch, lanzaba un grito de guerra en Barcelona. También Jordi Pujol se ha quejado". Resultado: López de Arriortúa, que ya había comprometido desde hacía unas semanas su presencia en el programa inaugural de Iñaki Gabilondo, el pasado martes, aterrizó como bombero.

Pero la batalla sólo acaba de comenzar en medio de la creciente agitación sindical. Según López de Arriortúa, "Seat necesita unos 130 millones de marcos (algo más de 10.000 millones de pesetas) para cubrir el 40% del plan de jubilación anticipada de 3.000 trabajadores. Ésta es una cifra conjunta para la Generalitat y el Gobierno". Esto quiere decir que Seat está pensando ofrecer como gancho entre siete y ocho millones por trabajador para hacer atractiva la prejubilación.

Y, por último, está el nombramiento de presidente. Dos candidatos firmes: Joan Llorens, ex director de planificación de Pegaso-Enasa, y Miguel Ángel Abad, consejero delegado de los Juegos Olímpicos de Barcelona (COOB). El primero es el favorito de López de Arriortúa y de la Generalitat. El segundo tiene todas las simpatías del alcalde Pasqual Maragall, rey y señor de la Zona Franca. "Lo importante es el equipo. En un par de semanas tendremos el presidente y será formalmente designado por el consejo de vigilancia, que se reúne el 26 de noviembre", dice López de Arriortúa, quien asegura tener en la cabeza un "equipo de primera para la nueva Seat".

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