Los trabajadores del sector aéreo francés mantienen la huelga de hoy pese a la retirada del plan de Air France

La victoria de los trabajadores de Air France en su combate contra la dirección y el Gobierno conservador de Edouard Balladur no impedirá que el transporte aéreo francés viva hoy una jornada de parálisis. Desde el personal de limpieza a los pilotos, pasando por las azafatas y los sobrecargos, todos los trabajadores de las dos compañías francesas, Air France y Air Inter, y del organismo Aeropuertos de París harán, huelga. Para los trabajadores, se trata de remachar el clavo frente a un Gobierno que ha confesado su temor a una explosión social. El ministro de Transportes francés, Bernard Bosson, anunció ayer el nombre del sustituto de Bernard Attali al frente de Air France: Christian Blanc.

Antes de que, en la noche del pasado domingo, se conociera la noticia de la dimisión de Bernard Attali y el anuncio gubernamental de la retirada del plan de reestructuración combatido por los trabajadores, el personal de Air France ya planeaba convertir la jornada de hoy en una espectacular demostración de fuerza. Por eso, pese a ser conscientes de que sus principales reivindicaciones han sido satisfechas, las dos asambleas celebradas en la mañana de ayer en los aeropuertos de Orly y Charles de Gaulle-Roissy decidieron mantener la convocatoria. El próximo miércoles emprenderán las nuevas negociaciones deseadas por el Gobierno. "La salida de Attali", dicen, "no soluciona los problemas".El personal de tierra de Air France será apoyado por todos los trabajadores de la compañía, incluidos los pilotos. La parálisis del tráfico aéreo sobre el territorio francés puede ser total, puesto que todos los sectores laborales de Air Inter, la companía que asegura los vueltos internos, también irán a la huelga. En esta compañía habrá otro relevo en la presidencia. Michel Bernard sustituirá a Jean Cyrille Spinetta.

Igualmente, cesará el trabajo de los empleados del organismo autónomo Aeropuertos de París. Perturbaciones importantes son esperadas en el metro de la capital francesa.

Las principales centrales sindicales -CGT, CFDT y Force Ouvriére- se felicitaron ayer por la dimisión de Attali y la retirada del plan de reestructuración que, con el pleno apoyo del Gobierno de Balladur, pretendía impulsar. Ese plan preveía la eliminación de 4.000 puestos de trabajo y la reducción de los ingresos para las categorías más bajas del personal, que no para los pilotos y directivos. "La acción sindical ha conseguido una gran victoria; hemos logrado hacer recular al Gobierno", dijo Marc Blondel, secretario general de Force Ouvriére.

La protesta ocasionó a Air France pérdidas de 70 millones de francos diarios (unos 1.400 millones de pesetas), una cifra a la que hay que añadir las de los aeropuertos parisienses y las de una economía francesa seriamente afectada por la anulación de numerosas reuniones de negocios y los retrasos en la distribución de las mercancías.

Al forzar la dimisión de Attali y retirar su plan de reestructuración, Balladur confirma su temor a que el conflicto de Air France se extienda a otras empresas del sector público francés que han presentado o presentarán programas de saneamiento también basados en la supresión de puestos de trabajo y la congelación salarial.