La madre de todos los partidos

AGENCIAS, "La Madre de todos los Partidos" terminó en abrazos y las dos expulsiones y cinco amonestaciones de jugadores de Irak e Irán no fueron índice de que un partido tan especial, con excepcionales medidas de seguridad, resultara bronco o violento.

Irak ganó ayer en Doha (Qatar), por 2-1, en uno de los partidos del grupo final de Asia, clasificatorio para el Campeonato del Mundo que se disputará el año próximo en Estados Unidos. La selección iraquí mantuvo así sus esperanzas de estar aún en territorio enemigo sin que se produjera la batalla deportiva que se podía temer con el recuerdo de la cruenta guerra de ocho años que enfrentó a ambos países en los años ochenta. "No hubo choques con mala intención", dijo Ahmed Baba, el exultante entrenador iraquí.

De todas formas, ninguno de los dos países, ni Irak, ni Irán, son los favoritos para ocupar alguna de las dos plazas mundialistas. Tampoco la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), ni Estados Unidos, quieren que se les presente la papeleta de tener que acoger a ambos, como a Corea del Norte. Corea del Sur, Japón o Arabia Saudí, que también ayer empató en el último minuto (1-1) frente a los norcoreanos, serían los lógicos bienvenidos para la fase final norteamericana.

Curiosamente, cuando se esperaba tensión en el Irak-lrán, el problema surgió al término del Corea del Norte-Arabia Saudí, pues los hinchas saudíes invadieron el campo mofándose de los norcoreanos y se necesitó la intervención de 200 policías.