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FÚTBOL COMPETICIONES EUROPEAS / COPA DE EUROPA

El Barca golea a balón parado

Ramon Besa

El Barcelona ajustició al Austria de Viena a balón parado. Mala señal. Recurrir a la jugada de estrategia es un síntoma de vulgaridad en un grupo que presume de haber inventado el fútbol dinámico de la mano de un entrenador peleado con la pizarra. No estuvo ayer el equipo para filigranas. El marcador resultó muy bonito para un partido muy feo.

El equipo podrá decir, en cualquier caso, que en la Copa de Europa el fin justifica los medios: 3-0 y que canten misa. Quizá sería bueno recordar en su favor que le dejaron entre todos un partido muy malo de jugar.

Visto que nadie se había cortado las venas por perder en Riazor y que el encuentro de ayer dormitaba en un entorno absentista, el jefe Cruyff adivinó de salida que convenía despertar el amor propio de sus indios, como les llama, con un par de improperios. Más o menos les llamó cobardes. Dijo dudar de un colectivo al que la hinchada generalmente coloca a lomos de las montañas rusas. El socio estuvo en el campo para exigir que el equipo expresara en el marcador la diferencia de juego existente con los austríacos. Olían goles.

Los jugadores se encontraron así, de salida, con un caldo de cultivo venenoso. La fogosidad de Cruyff, la comodidad de la grada y la despreocupación por el rival empujaban al equipo al suicidio. El grupo apareció en el campo partido por la mitad. No había medios y sí pocos defensas y muchos delanteros. El experimento de ayer estuvo a punto de explotar en las manos de Cruyff. Es razonable que prescinda de Stoichkov, pero es un pecado mortal sacar a un ariete como Romario del área para que juegue de eje en el puesto de Bakero.

El equipo giró como una noria una hora. La polivalencia mal entendida llevó al confusionismo. Nadie sabía de qué jugaba. No había quien agrupara a aquel equipo ni quien agarrara el encuentro. Falto de pegamento, de un tipo como Bakero, el grupo ni ligaba en ataque ni se organizaba en defensa. Era un caballo desbocado.

El Austria no sacó tajada del botín ofrecido. Tuvo hasta cuatro ocasiones de gol y, sin embargo, murió a balón parado. Koeman arregló el juego sincopado de los azulgrana, y luego, resuelto el trabajo, Cruyff fue rellenando el medio campo. La reorganización provocó incluso el tiro de gracia en el último minuto.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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