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Nueva agresión a un muchacho en Alcobendas

JAVIER BARRIO, Los padres de varios niños agredidos en Alcobendas no están dispuestos a que a sus hijos les sigan "moliendo a palos". Fernando G. denunciaba el lunes que su hijo Daniel, de 11 años, había permanecido tres días hospitalizado por una paliza que le propinaron dos cabezas rapadas. Ayer, Cristina, vecina también de Alcobendas (82.000 habitantes) exponía con rabia el caso de su hijo Ignacio, de 14 años.

El día 8 de este mes, según el joven, él y tres amigos de su edad se refugiaron en un restaurante chino huyendo de un grupo que les perseguía para quitarles el dinero y las cazadoras. Bajo la amenaza de "salir de ahí u os matamos", los perseguidores sacaron del local a los tres chicos y les golpearon.

PASA A LA PÁGINA 3

"Labios partidos, fisura en la nariz, fractura de brazo y diversos golpes"

VIENE DE LA PÁGINA 1Ignacio intentó defenderse y se llevó la peor parte: "Los labios partidos, fisuras en la nariz, doble fractura de la muñeca derecha, fractura del codo del mismo brazo y diversos golpes por todo el cuerpo".

Sin que mediase provocación alguna, según declaró el agredido a la policía, "un tal Roberto le golpeó en la cabeza dejándole aturdido mientras otro joven, llamado Samuel, le propinaba puñetazos y rodillazos en la boca, para después golpearle la cabeza contra un coche".

Ignacio y sus amigos conocen a sus agresores: "Se dedican a apalear a otros niños para quitarles las cosas". Saben que se divierten diciendo: "Vamos de caza". Entonces, se dedican a recorrer las calles de Alcobendas y San Sebastián de los Reyes en busca de algún chaval a quien agredir y quitarle sus pertenencias.

El miedo que se apoderó de Ignacio tras recibir la paliza aumentó el martes de la semana pasada cuando se encontró a uno de los integrantes de la banda. "Como se te ocurra denunciar a Samuel o a Roberto te encontrarás con unas puñaladas en la espalda", escuchó sin dar crédito a quien se lo decía.

Cristina no acierta a comprender cómo unos niños de 14 o 15 años pueden comportarse de forma tan violenta. "La única explicación es que no sean personas normales, que no tengan una familia, o que sus padres estén ciegos", asegura, mientras defiende, "a pesar de su fama", a los cabezas rapadas, de quienes dice que le han ayudado a identificar a los agresores de su hijo.

Ignacio, por su parte, asegura que en la banda que le agredió había de todo, y describe a los dos jóvenes que le pegaron diciendo que "tenían la mitad de la cabeza rapada y la otra mitad con el pelo largo. Uno es moreno y el otro rubio".

Entre tanto, Daniel, el otro chico agredido, declaraba ayer que los dos jóvenes que le pegaron a él llevaban el pelo muy corto y botas con puntera de metal".

Golpes adolescentes

En el último mes han menudeado casos de niños y adolescentes objeto de malos tratos y agresiones en la región madrileña. Daniel G. tiene miedo a salir de casa. El pasado día 11 dos cabezas rapadas le apalearon en Alcobendas por recoger unos papeles que ellos habían arrojado. El niño, de 11 años, pasó tres días hospitalizado a consecuencia de las lesiones.

Al día siguiente, J. D. S., de 14 años, recibió cinco puñaladas, propinadas por una pandilla -al parecer de toxicómanos en un descampado de Villaverde. Las heridas se acompañaron por golpes. De paso, le robaron las zapatillas de deporte. No fue por unos papeles ni por unas playeras: bastó una mirada. Y el pasado 16 de septiembre, tres jóvenes golpearon sañudamente a Andrés P. en el portal de su casa, en San Sebastián de los Reyes, después de preguntarle: "¿Y tú que miras?".

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