Queja de Exteriores por la expulsión de seis españoles de Guinea Ecuatorial

Los seis ciudadanos españoles expulsados de Guinea Ecuatorial llegaron ayer al puerto camerunés de Douala al tiempo que el embajador de España en Malabo, Arturo Avello, recibía instrucciones para formular una protesta ante el régimen del presidente Teodoro Obiang Nguema. "El embajador cursará la protesta pertinente", declaró el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, antes de regresar de Rabat.

La nota de protesta entregada en Malabo afirma que la expulsión de los españoles es un acto "inamistoso" por parte del régimen de Obiang, asegura que no es conforme con el espíritu que debe presidir las relaciones bilaterales entre España y Guinea y, por último, sostiene que es contraria a la normativa interna guineana.Una nota similar ha sido entregada por el responsable de asuntos ecuatoguineanos en el Ministerio de Exteriores, el embajador Joaquín Pérez Gómez, al encargado de negocios de Guinea Ecuatorial en España. El país africano carece de embajador.

Paralelamente, el cónsul de España en Bata, Diego Sánchez Bustamante, seguía ayer haciendo gestiones para obtener la liberación de la enfermera Lourdes Vázquez, hermana de uno de los expulsados. Vázquez, residente en Bata, fue detenida el lunes sin motivo aparente. La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras ha desmentido que sea uno de sus afiliados. El grupo de jóvenes navarros llegó ayer a Douala, donde les esperaba el vicecónsul honorario de España, José Manuel Santos. Los expulsados son Alejandro Arranz, Carmen Vázquez, María Jesús Ferrer, Manuel Lorenzo, Ángeles Navarro y Alberto Enmanuel. Todos ellos entraron el jueves en Guinea sin visado, pero con un salvoconducto obtenido en Camerún canjeable, mediante pago de 7.000 pesetas por persona, por un visado. Su intención era visitar un parque natural cuyo director es Luis Arranz, hermano de uno de los expulsados.

A pesar de abonar la cantidad prevista y obtener el visado, los jóvenes fueron acosados durante su estancia por la policía y finalmente retenidos hasta que se les ordenó abandonar el país. Lo sucedido no es, en opinión de fuentes diplomáticas, un malentendido, sino un nuevo gesto inamistoso de Malabo hacia España.

El secretario de Estado de Cooperación, José Luis Dicenta, anunció ayer en el Congreso de los Diputados que la cooperación con Guinea será en 1994 de 1.699 millones de pesetas, 300 menos que este año. Dicenta no quiso anticipar las líneas maestras del nuevo plan de cooperación con la ex colonia española.