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Varios trozos de la fachada del Círculo de Bellas Artes caen sobre la acera

La institución atraviesa una angustiosa situación económica

La fachada del edificio del Círculo de Bellas Artes se está cayendo a trozos. Un gran cascote desprendido de la comisa estuvo a punto de acabar con la vida de un transeúnte en la noche del sábado pasado. Ayer ocurrió lo mismo. Las últimas lluvias han agudizado los múltiples problemas del edificio. La tesorería de la entidad no está n mejor estado. Los socios del Circulo (instituciones y empresas públicas) intentarán los próximos días encontrar una salida a la angustiosa situación económica y una fórmula de viabilidad propuesta a principios de año.

El sábado por la noche un hombre de mediana edad entró en la sede del Círculo de Bellas artes con las manos temblorosas. En ellas, llevaba una piedra de unos seis kilos de peso. Era un trozo de la cornisa de la fachada del edificio, que se había desprendido en ese momento. En su trayecto, no se llevó por delante al transeúnte por pocos centímetros. Esta historia no es nueva en el Círculo. Pero hasta ahora ningún desprendimiento había estado a punto de causar una desgracia."Con las lluvias, siempre caen cascotes a la calle", asegura Ricardo de la Colina, jefe de mantenimiento del Círculo. "Y cuando comiencen las heladas puede ser catastrófico, porque además es imprevisible qué trozo va a ser el próximo", sentencia. En la mañana de ayer cayó otro cascote a la calle, aún mayor que el anterior. Esta vez lo hizo dentro de la zona que los bomberos acordonaron el sábado para evitar accidentes.

Pendiente de una firma

La dirección, que se niega a asumir la responsabilidad de estos desprendimientos, está pendiente de la reforma de la fachada de su sede. Tarea a la que se comprometió el Ministerio de Cultura en junio de 1991.

El edificio, construido en 1926 y aquejado del mal de la piedra, fue catalogado como monumento histórico artístico hace ya 12 años.

El subsecretario del ministerio, Enrique Linde, aseguró ayer que el proyecto, que tiene un presupuesto de 80 millones de pesetas, tendrá luz verde en cuanto la ministra, Carmen Alborch, estampe su firma junto a la de Pedro García-Ramos, presidente del Círculo. Según Linde, la semana que viene se cumplirá este trámite burocrático.

Las grietas no sólo tienen comida la fachada. El estado del edificio por fuera es fiel reflejo de la situación económica por la que atraviesa esta institución. No hay dinero ni para reparar las fisuras.

La junta directiva se reúne próximamente con los números encima de la mesa. Busca una solución definitiva a la frágil economía de esta institución.

El consorcio del Círculo de Bellas Artes, que gestiona y financia la entidad, y que está integrado por la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Cultura, el Ayuntamiento de Madrid, el Grupo Iberia y Tabacalera, se planteó en febrero de este año un severo plan de viabilidad cuando vió peligrar su sede, que iba a salir a subasta por deudas, ya que no se habían liquidado los créditos suscritos con Argentaria.

Del plan se han cumplido ya varios puntos: cerraron en agosto, no se renovó el contrato a los trabajadores temporales y se controló el cumplimento de los horarios. Sin embargo, si no llegan con urgencia 90 millones de pestas no se podrá terminar el año. Parte de este dinero son los 25 millones de pesetas que no ha puesto la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, que dirige Esperanza Aguirre. La Fundación Tabacalera entró en el consorcio antes del verano y contribuyó con 30 millones de pesetas

Situación crítica

El vicepresidente del Círculo, Juan Miguel Hernández de León, asegura que la situación sigue siendo "crítica". Queda aún por definir el modo y manera en que el Círculo pagará los 110 millones de deuda a Argentaria, su entidad acreedora. Según Hernández de León, el círculo sigue pidiendo créditos para pagar los sueldos de sus empleados.

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