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La reforma del reglamento del Senado reaviva las propuestas para modificar la Constitución

La propuesta de reforma del reglamento del Senado para potenciar su función territorial reabrió ayer las iniciativas para modificar la Constitución. Las propuestas tienen matices: la más ambiciosa parte del PNV, que pretende que se retoque todo el capítulo VIII y no se conforma con un Estado autonómico ni federal, sino que demanda. "un Estado confederal". El PSOE admite la modificación de la Carta Magna, pero concretándola en la reforma del Senado, y el PP coloca sobre la mesa el plazo más perentorio: la reforma debe acometerse en esta legislatura.

Los portavoces de los grupos parlamentarios del Senado, excepto los nacionalistas vascos, firmaron ayer una propuesta para reformar el reglamento de la Cámara por la que se crea la Comisión General de las Comunidades Autónomas, que, sin competencia legislativa propia, entenderá de todos los asuntos relacionados con las comunidades (ver EL PAÍS de ayer).La presentación de la reforma ha provocado una avalancha de sugerencias sobre la necesidad de reformar la Constitución para que el Senado logre su carácter de cámara territorial. Alberto Ruiz Gallardón, portavoz del Grupo Popular, admitió que su grupo ha "rectificado" su postura de la legislatura pasada cuando no firmó la reforma del reglamento. Justificó el cambio porque no han creído razonable paralizar la reforma por "cuestiones técnicas" sobre el uso de las lenguas regionales.

Para Ruiz Gallardón -y en eso coincidió con el resto de portavoces-, la reforma es "necesaria e insuficiente", y planteó abiertamente la conveniencia de modificar la Constitución "en un plazo que debemos limitar a esta legislatura".

Bernardo Bayona, en nombre de los socialistas, justificó la situación actual del Senado porque "el constituyente no podía saber cuál sería el resultado final del Estado de las autonomías". Para Bayona, es necesario experimentar la reforma que ahora se aborda sin descartar que se reforme un día la Constitución, "siempre que sea preciso y que haya consenso suficiente de todos los grupos".

Joaquíni Ferrer (CiU), en coincidencia con otros portavoces, calificó la reforma del Senado como "banco de pruebas y gran ensayo en el camino para dotar al Senado del carácter de cámara territorial". Andrés Cuevas (IU), del Grupo Mixto, anunció que en la tramitación de la propuesta introducirán enmiendas, y concretó que tratarán de que representantes de los parlamentos autonómicos, y no sólo de los gobiernos regionales, acudan a la Comisión General de las Comunidades Autónomas.

Café para todos

El portavoz del grupo vasco, Ricardo Sanz, justificó la negativa del PNV a firmar la reforma -aunque participará en su tramitación- porque la consideran "un parcheo y un remiendo que no satisface ni a tirios ni a troyanos". Sanz se lanzó a tumba abierta para exigir la necesidad de una amplia reforma constitucional que incluya el título VIII dedicado a las autonomías.

Sanz barajó algunas de las cartas que intermitentemente juegan los nacionalistas vascos al asegurar que es necesario "poner fin al café para todos" y garantizar "que quien se sienta región, se manifieste como región y quien se sienta nación, se manifieste como nación".

Su cambio de postura después de que en la legislatura anterior firmasen una propuesta de reforma del reglamento del Senado casi idéntica a la actual la explicó argumentando que "la situación política es muy distinta" y que la minoría mayoritaria, en referencia al PSOE, no tiene más remedio que buscar pactos y acuerdos.

El portavoz vasco reflotó algunas de las ideas que los líderes del PNV manejan en determinadas ocasiones: "Es necesario reconocer que éste es un Estado plurinacional" y, en consecuencia, los nacionalistas vascos no se conforman "con un Estado autonómico ni federal, sino con un Estado confederal".

Sanz advirtió con insistencia que esas propuestas no significan "ni romper ni separarse", sino "pactos de igual a igual". Incluso introdujo la cautela de la "oportunidad" para afirmar que, en este momento, lo importante es la dificil situación económica. El PNV, dijo, no pretende "plantear ninguna quiebra del Estado".

Al responder a una pregunta sobre si el PNV retomaba las posturas de autodeterminación de Herri Batasuna en su manifestación del martes en Pamplona, Sanz contestó, en tono irritado, que ellos siempre han hablado de autodeterminación y que se diferencian "de otros partidillos" que hacen propuestas "sonrojantes, vergonzantes" y que promueven "en Iruña (Pamplona) reuniones de casi, casi, delincuentes para hablar de autodeterminación".

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