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Las cifras de la contabilidad

Considera el articulista que las cifras de contabilidad del INE permiten una buena aproximación a lo que sucede en la economía.

Desde 1992 el INE viene publicando, tres meses después de transcurrido cada trimestre natural del año, una estimación de los valores a precios constantes y corrientes de los principales agregados macroeconómicos. La posibilidad de disponer de un cuadro macro en cada trimestre, con información sobre componentes de la demanda y de la oferta agregada de la economía y de los precios correspondientes, enriquece sustancialmente el alcance potencial del análisis coyuntural.Los cambios registrados en los países de la OCDE en las estrategias generales de política económica en los años ochenta, que han acentuado la importancia del objetivo precios y de otros objetivos antes considerados como intermedios (tipos de interés, tipos de cambio, agregados monetarios, déficit público), han hecho que los indicadores de demanda, actividad y empleo reciban una menor atención. Quizá ello explique la no muy destacada incidencia que viene registrando en la opinión especializada, hasta el momento, la publicación en España de las estimaciones trimestrales del INE de dichos agregados macroeconómicos.

Del análisis de los datos citados se deriva una observación de interés: el INE presenta las tasas de crecimiento de los agregados trimestrales en términos de tasas de aumento de cada trimestre respecto del mismo periodo del año anterior. Sin embargo, en los países con más tradición de cuentas trimestrales, como es, sobre todo, el caso de Estados Unidos, se presentan las variaciones de los agregados trimestrales en forma de tasas anualizadas de crecimiento intertrimestral. Las tasas del primer tipo, esto es, las interanuales, suavizan el componente irregular y revelan mejor la tendencia, pero captan con más retraso las fluctuaciones cíclicas de la economía. Las tasas intertrimestrales adolecen de una mayor irregularidad, pero la información que contienen es más reciente y reflejan de manera mas inmediata la evolución coyuntural.

En el caso de Espana, según las últimas cifras publicadas por el INE respecto de la evolución de la actividad económica a través de las tasas interanuales de variación del PIB, la economía española estaría acentuando el proceso de recesión, que habría llegado a alcanzar en el segundo trimestre de 1992 la mayor caída dentro de los seis trimestres transcurridos de 1992 y 1993. (Gráfico superior).

Si, por el contrario, se emplean las tasas intertrimestrales de crecimiento, el trimestre más negativo del periodo 1992-1993 sería el cuarto trimestre de 1992, en el que el PIB retrocedió a un ritmo anual del -2,4%. De acuerdo con esta aproximación, en los dos primeros trimestres de 1993 la economía ha vuelto a presentar ritmos negativos de variación, pero los descensos se van haciendo cada vez menos intensos. En esta línea, la tasa correspondiente al segundo trimestre de 1993 (-0,4%) reflejaría una evolución menos negativa que la que se deriva del empleo de las tasas interanuales. (Gráfico inferior).

En esta evolución de la economía española en la primera mitad de 1993 destaca el intenso papel desempeñado por el sector exterior en el crecimiento menos negativo de la economía, como puede apreciarse en el cuadro adjunto. El fuerte aumento de las exportaciones, apoyadas en las devaluaciones, y el notable descenso de las importaciones en dicho periodo han impedido unos retrocesos mayores del PIB.

Esta lectura menos negativa del comportamiento de la economía española a partir de las variaciones intertrimestrales es coherente con la que se deriva del análisis de la evolución del empleo, cuya caída (-14.100 empleos) fue reducida en el segundo trimestre del presente año. El sector exterior, con su comportamiento expansivo, está casi compensando la caída de la demanda interna. Por otra parte, la variación del deflactor del PIB tampoco puede dejar de llamar la atención: en un año, el ritmo de crecimiento de los precios ha caído desde el 6,7% del segundo trimestre de 1992 hasta el 2,7% de ritmo anual en el mismo trimestre de 1993, lo que supone una fuerte desaceleración de la inflación.

Una recuperación de la economía tendría ahora mayores márgenes para no generar rápidamente un repunte de la inflación. Los impulsos de la demanda no se traducirían en rápidas elevaciones de precios en este contexto, lo que favorece también una recuperación de la competitividad, de persistir el contexto menos inflacionista que se deriva del análisis de los citados agregados trimestrales.

Las cifras de contabilidad trimestral del INE permiten, pues, una buena aproximación a lo que está sucediendo en la economía. Al publicarse los valores absolutos, cada cual puede emplear el tipo de tasa de variación que prefiera, lo que permite valoraciones no siempre coincidentes con las más convencionales.

Julio Rodríguez López es economista y estadístico.

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