El Parlamento francés aprueba la Ley de Empleo
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El Parlamento francés aprobó ayer el llamado Plan Quinquenal para el Empleo, una ley destina da a modificar el cuadro legal en el que se inscriben las relaciones laborales. En líneas generales, el plan tiende a abaratar el coste social del trabajo, favoreciendo, por ejemplo, contratos a tiempo parcial, estableciendo de nuevo a los 14 años (ahora la división es aba en los 16 años) la especialidad, ahora regionalizada, de la formación profesional y delegando en los poderes municipales el autorizar o no la apertura dominical de las tiendas. El plan permite sobre todo anualizar la contabilidad de las horas trabajadas que en un periodo de crisis equivale a poder organizar las horas extraordinarias sin que éstas consten como tales.
También autoriza a proponer contratos laborales remunerados con cantidades inferiores al salario mínimo y será el Estado el responsable de abonar la diferencia entre el salario real y el mínimo legal. El Plan Quinquenal es, según los liberales de la UDF, en el Gobierno, una ley
ocialdemócrata. Para los gaulistas del RPR, también en el Gobierno, hay que compararla con "el catálogo de la RedoutC, una empresa especializada en la venta por correspondencia y que ofrece una amplia gama de productos. Para los socialistas, es una Iey hecha a la medida de los empresarios", y para los comunistas lo que pretende es aumentar las divisiones sociales.
Lo cierto es que el Plan para ser puesto en práctica necesita de 28 decretos y un sin fin de reglamentos y circulares, todo ello para una ley cuya eficacia depende, según el propio primer ministro Édouard Balladur, "de la capacidad de experimentación". En realidad el gran debate, que no se ha producido en el seno del Parlamento sino en el seno de los partidos, es el de la "semana de 32 horas o cuatro días". Un diputado de RPR, Jean Ives Chamard, propuso una enmienda por la que "cada sector profesional pudiese negociar la reducción del tiempo de trabajo con el objetivo de las 32 horas semanales". Buena parte del RPR le apoyó y la mayoría de los socialistas también. La UDF se declaró en contra de esta idea porque "los experimentos hay que hacerlos con gaseosa". Al final, 468 votos a favor del plan, 88 en contra y 20 abstenciones.
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