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SANIDAD: REFORMA SANITARIA EN ESTADOS UNIDOS

Hillary Clinton garantiza a las mujeres su derecho al aborto

Antonio Caño

Hillary Rodham Clinton, la esposa del presidente norteamericano, aseguró ayer que el plan de reforma sanitaria del que ella misma es autora mantendrá todas las posibilidades para que la mujeres que lo deseen puedan someterse a un aborto, pero no abrirá las puertas a la práctica más extendida de esa intervención, como temen la oposición republicana y las organizaciones antiabortistas."Yo creo en el aborto legal, creo en un aborto con garantías sanitarias, pero también me gustaría que el aborto fuera más excepcional de lo que es ahora", dijo la primera dama en una entrevista en televisión.

Hillary Rodham, cuyo papel como gobernante, no como señora Clinton, se ha revalorizado en estos días, ha aprovechado su protagonismo para romper con la imagen de peligrosa izquierdista y feminista que los conservadores le habían construido durante la campaña electoral.

En las numerosas entrevistas concedidas recientemente a los principales medios de comunicación, la esposa de Clinton intentó fomentar su lado de persona moderada y preocupada de su familia. En la entrevista de ayer con la cadena CNN llegó incluso a comentar que le hubiera gustado tener un segundo hijo, y se lamentó de que lo suerte no le acompañara en ese propósito.

Hillary Rodham dijo que, en su plan de salud, el aborto seguirá incluido en la mayoría de las ofertas de seguros sanitarios, pero también se admitirán a aquellas compañías aseguradoras que, por razones de conciencia, se niegan a apoyar la interrupción voluntaria del embarazo, así como se reconocerá el derecho de algunos médicos que, también por razones personales, se opongan a esa práctica. "El propósito de este plan no es fomentar el aborto sino poner mayor énfasis en la planificación familiar", añadió.

La primera dama explicó que, si su proyecto es aprobado por el Congreso, las mujeres, sobre todo las de menos recursos, tendrán más acceso a doctores de medicina primaria, estarán mejor informadas y, como consecuencia, podría disminuir el número de casos de aborto que ahora se presentan en las clínicas.

Feroz oposición

En los meses pasados la Administración de Bill Clinton levantó ya la mayoría de las restricciones al aborto impuestas durante los anteriores Gobiernos republicanos, e incluyó el apoyo estatal a las mujeres sin recursos que quieran someterse a un aborto. Igualmente fueron levantadas las trabas que existían para la interrupción del embarazo en los hospitales públicos. Las organizaciones antiabortistas, que sienten tener en la Casa Blanca el peor rival en muchos años, han anunciado una feroz campaña contra la reforma sanitaria propuesta por la Administración."El presidente Clinton está obligando a los norteamericanos a pagar por los abortos", afirma Wanda Franz, presidenta del Comité por el Derecho a la Vida, una organización que ha prometido hacer lobby (grupo de presión) con los congresistas para conseguir un voto en contra de la iniciativa de la Casa Blanca.

También se han movilizado los grupos partidarios del aborto, que han iniciado una amplia campaña publicitaria en la que recomiendan que decenas de miles de ciudadanos llamen por teléfono a sus representantes en el Parlamento para exigirles que el plan sanitario que se apruebe contenga y defienda el derecho al aborto.

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