Mínima ventaja de Europa ante Estados Unidos

Europa supera a Estados Unidos en la Copa Ryder, iniciada ayer en el club británico The Belfry, por 4 puntos a 3 después de cuatro partidos de dobles foursomes (2-2) y sólo tres fourballs (2-1) porque el cuarto se suspendió al anochecer, cuando Nick Faldo y Colin Montgomerie iban igualados con Paul Azinger y Fred Couples a falta de un hoyo. En la primera modalidad, en la que los jugadores se turnan con una única pelota, Severiano Ballesteros y José María Olazábal perdieron la imbatibilidad que mantenían desde 1987 al ser derrotados por Tom Kite y Davis Love por 2 y 1 (dos hoyos de ventaja a uno de los,18). En la segunda, en la que cada uno juega con una bola y sólo cuenta el mejor resultado, se desquitaron ante los mismos rivales al imponerse por 4 y 3.A la cita de 1991 en la isla Kiawah (Carolina del Sur) se la recuerda como una guerra a orillas del mar. Faldo afirma que nunca ha visto tanta hostilidad hacia los europeos. Ian Woosnam, que algunos espectadores colaboraron con los estadounidenses haciendo que ciertas pelotas erráticas aparecieran de pronto junto a las calles. En la de 1993 también hay detalles que soliviantan los ánimos. Uno lo ha protagonizado Tom Watson, el capitán norteamericano, al negar durante la cena oficial del jueves un autógrafo a Sam Torrance porque no quería ser molestado entre plato y plato. Como es una costumbre que los golfistas se repartan sus firmas en el menú y luego lo subasten con fines benéficos, el escocés echaba humo. Al comprender su grosería, Watson corrió a ofrecerle sus disculpas y, por supuesto, su rúbrica. Torrance sólo las aceptó por pura educación. El mal estaba hecho.

Torrance no se resarció como deseaba: ganando el primer foursome, para el que fueron designados Mark James y él (cada capitán numera sus parejas de la 1 a la 4, lo que determina los enfrentamientos, sin conocer cómo lo hace el otro), porque Corey Pavin y Lanny Wadkins demostraron ser tan fuertes como para anotarse ese punto y después el de fourball frente a Barry Lane y Bernhard Langer. Sin embargo, el hombre del superputter (su palo del green es más grande de lo normal y se lo apoya en la barbilla) pudo sonreír al cabo de la jornada al ver cómo Europa, aunque por una diferencia mínima (4-3), iba por delante.