"No íbamos a correr el encierro", dice el padre del herido en Fuenlabrada

Ramón Cortizas, vecino de Fuenlabrada, de 35 años, aseguró ayer que no tuvo más remedio que arrojar a su hijo de 11 años contra los hierros durante el segundo encierro de las Fiestas de esta localidad de 150.000 habitantes, porque nadie les dejaba un sitio para escapar de las embestidas de los animales. Y agregó que no estaban corriendo en el encierro, sino cruzando la calle. "Lamento la fractura de clavícula que le provoqué, pero si no le mando contra las vallas los toros le habrían cosido a cornadas", explicó el padre, todavía ingresado en el hospital tras recibir dos cornadas al proteger a su hijo.Ramón Cortizas es conductor en paro y lleva más de siete años acudiendo a los encierros. En unas ocasiones los ve y en otras los corre, según comenta. El pasado jueves se llevó a su hijo de 11 años al encierro de Fuenlabrada, y para observar mejor a las reses decidió cruzar y colocarse en la fuente de los Cuatro Caños. Después "no hubo hueco para refugiarnos de la embestida". Y concluye: "Por supuesto que no iba a correr el encierro junto a mi hijo".