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Reportaje:

Entre la Iglesia y la juventud

Michael Jackson actuará mañana en la capital rusa ante casi 35.000 moscovitas Michael Jackson ha llegado a Moscú. El periódico de los ex comunistas moscovitas -el Moskovski Komsomólets- da la noticia en primera página con fotos de la gran cama en la que dormirá el ídolo norteamericano y del retrete en el que hará sus necesidades. La cama -la de la suite presidencial del hotel Metropol- es de abedul de Carelia y en ella han dormido, entre otros, John Kennedy y Montserrat Caballé.

Cientos de jovencitas se congregaron ayer a la entrada del Metropol para tratar de ver a su ídolo, pero las barreras de metal instaladas especialmente y la policía les impidieron tomar por asalto el hotel.

Aunque la expectación que la visita de Jackson ha despertado en Moscú es grande, no se han agotado las entradas para el único concierto que dará mañana. Y eso a pesar de que algunas son las más baratas de la gira mundial del cantante. El problema se debe a que las entradas, cuyos precios oscilan entre las 1.400 y las 14.000 pesetas, cuestan una suma más que respetable para los moscovitas. Todavía quedan en las taquillas la mitad de las 75.000 entradas del gigantesco estadio de Luzhniki, donde Jackson actuará mañana.

La visita de estrellas de la música pop era algo impensable algunos años atrás, pues en la época de la dictadura comunista eran consideradas como elementos subversivos y corruptores de la juventud. Desde hace unos años, la actitud ante los cantantes occidentales de moda ha cambiado, aunque hoy no todos aplauden la visita de Jackson, que ayer ya tuvo que soportar un primer signo de desprecio. Este llegó de los sacerdotes ortodoxos, que se negaron a recibirle en Sérguiev Posad, sede de la Iglesia rusa, por lo que el cantante tuvo que cancelar su viaje a esta ciudad. Según informó la agencia RIA, "las autoridades eclesiásticas consideran a Jackson un huésped indeseable en el centro espiritual de la ortodoxia rusa".

El cantante, sin embargo, trató de pasar el mal rato con humor, y después de una recepción en la Embajada de EE UU visitó el circo moscovita. Hoy martes su programa es muy denso y cargado: visita al Museo de Bellas Artes Pushkin (arte occidental) y a la galería Tetriakov (arte ruso), comida en el Ayuntamiento, visita al Kremlin, paseo por dos museos más y, por último, la ópera Ruslán y Ludmila en el teatro Stanislavski.

Con semejante programa es probable que Jackson termine el día con dolor de cabeza, al igual que el personal encargado de su protección. Además de sus 25 guardaespaldas, velará por su seguridad un número indeterminado de agentes rusos de la Dirección Principal de Protección, que ha puesto a disposición de Jackson cuatro coches blindados ZIL del garaje presidencial. En el concierto de mañana la seguridad estará reforzada por 13.000 policías y 5.000 soldados. Estos últimos estarán distribuidos por todo el estadio como si fueran unos espectadores más.

El tema del presunto abuso sexual de un niño de 13 años por parte de Jackson ha sido seguido por la prensa rusa. El ya citado Moskovski Komsomólets publicó un amplio reportaje sobre el tema con el título de '¿Se suicidará Michael Jackson?'. Sin embargo, el escándalo, lejos de restarle público, ha servido a Jackson como el medio publicitario más eficaz.

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