"Si arbitra bien, ¿para qué examinar su vista?"
González Lecue se retira tras descubrir la federación que tiene problemas de visión cuando iba a hacerle internacional
Severo González Lecue, de 39 años y profesor de EGB en un colegio bilbaíno, esperaba hace un mes cumplir una de sus máximas ilusiones: ser árbitro internacional de fútbol. Sus méritos le colocaron el primero de la lista. Pocos días después, tras casi 20 temporadas en el arbitraje, ha colgado el silbato. "Ha sido por razones personales", dice. La Federación Española intenta silenciar que han sido sus problemas en la vista los que le han empujado a hacerlo. "Es amblioque; es decir, tiene la vista débil en uno de sus ojos: lo que se llama ojo vago", explica Javier Palacios, oftalmólogo del Insalud y dirigente de la Federación.La brillante campaña de González Lecue permitió a la Federación proponerle ante la FIFA como internacional para esta temporada. Por ello decidió someterle, como al resto de los candidatos, a un exhaustivo reconocimiento médico en una clínica madrileña en la que trabaja el jefe de los servicios médicos de la Federación, el doctor González Ruano. A los pocos días, el pasado julio, el presidente de la Federación, Ángel María Villar, viajó a la sede de la FIFA en Zúrich (Suiza), donde mostró los resultados del informe de González Lecue. El vasco no sólo no ha alcanzado la internacionalidad, sino que ha dejado el arbitraje.
"González Lecue no tiene ningún problema para la vida normal. Cumpliría perfectamente los requisitos necesarios para el carné de conducir. Puede tener mala visión binocular y dificultades en la precisión de relieve, pero sin implicaciones a la hora de arbitrar. Otra cosa sería si se dedicase a la relojería, por ejemplo", fue la conclusión de Palacios cuando la Federación le requirió su consejo.
"Nunca he ocultado mis problemas con la visión de un ojo. Uso lentillas desde el año siguiente a comenzar a arbitrar, en 1973", asegura González Lecue. El presidente de los árbitros, Victoriano Sánchez Armino, como sus antecesores, José Plaza y Pedro Sánchez Sanz, con casi 20 años en el cargo, reconocen que desconocían la deficiencia de González Lecue. "Si un árbitro cumple cada domingo y, además, bien, ¿para qué revisarle la vista?, razona un dirigente federativo para justificar las tan elementales revisiones que se han hecho hasta ahora a los colegiados.
La Federación y la FIFA, según González Ruano, no tienen establecido más requisitos para ser árbitro que los relativos a una persona normal, avalados por certificados médicos, y unas condiciones físicas consistentes en superar unas pruebas de velocidad y resistencia. González Ruano asegura que, tras este caso, estudia unos mínimos médicos y físicos para poder ser árbitro. El jefe de los servicios médicos de la Federación advierte que en los últimos reconocimientos realizados a los colegiados de la Primera y la Segunda División, a principios de agosto en Barcelona, se descubrió que algunos tenían problemas de audición. "Pero no existe reglamento por el que a un árbitro, en esas condiciones, se le pueda retirar del arbitraje", matiza González Ruano.
"A González Lecue se le dijo que, si seguía en el arbitraje, podía correr riesgos inncesarios", indica el secretario general de la Federación, Gerardo González. A su vez, González Lecue dice que nadie le ha obligado a dejar el arbitraje, pero que sí le ha afectado. "No he conseguido mi meta deportiva y esto duele", confiesa. No desea entrar en las explicaciones que le ha dado la Federación y según las cuales la FIFA no le ha aceptado como internacional. "Me han dicho que a la FIFA no le gustó que expulsase a Maradona en el Tenerife-Sevilla, de la pasada Liga".
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