Consigna de pegote

Hace dos o tres años se puso en servicio una consigna en un edificio anexo a la terminal intemacional del aeropuerto de Barajas. Por fin, tras una larga espera, puesto que anteriormente se había prescindido de este necesario servicio para los viajeros por aquello de la seguridad en tiempos del incontrolado terrorismo. Bien, pues este verano nos llevamos la desagradable sorpresa de que se encontraba llena, día tras día. Un cartelín de andar por casa anunciaba que su capacidad estaba "completa". Al tercer día de intentar depositar allí el equipaje de un familiar visitante de EE UU se me ocurrió indagar si en cualquier caso el gran baúl de mi huésped cabría en uno de los armarios. El guardián me invitó a pasar y cerciorarme por mí mismo. Cuál sería mi sorpresa al contemplar que la mayoría de los armarios tenían las puertas abiertas, rotas, con llaves partidas y atrapadas en la cerradura. Ahora entendía la razón de esa situación del "completo". Al preguntarle al guardián por qué no se arreglaban, éste me invitó a quejarme a la dirección del aeropuerto. ¡Qué muestra de indolencia e ineficacia! ¿En la misma antesala de Madrid, capital de España, tenemos que exponer nuestras vergüenzas nacionales a todos los que nos visitan? De todas formas, el aparcamiento y alrededores del aeropuerto ya exhiben el paisaje nacional: colillas, papeles y latas por doquier. ¡Qué bonito está!-