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Políticos y vecinos de San Martín de la Vega defienden La Marañosa

Los vecinos de San Martín de la Vega (6.650 habitantes) vieron el pasado miércoles plasmada su inquietud en forma de acta municipal. El Ayuntamiento ha pedido que no se haga caso de la solicitud del diputado nacional de Izquierda Unida, Carlos Carnero, de cerrar inmediatamente la fábrica militar de La Marañosa. Políticos y vecinos están de acuerdo esta vez en que el pueblo no debe perder su principal y, en muchos casos, única fuente de ingresos. Cuatrocientas familias del pueblo viven directa o indirectamente de la empresa y la posible fabricación de armas químicas no la sienten como una amenaza.

La Marañosa funciona en San Martín desde hace 70 años, cuando el pueblo sólo contaba con 1.500 habitantes. Su funcionamiento ha estado muy ligado al desarrollo de la localidad. "Si cierra la principal fábrica, después cerrarán todas las que viven a su alrededor", se queja Mari Ángeles, cuyo marido trabaja en el mantenimiento de la fábrica.

En La Marañosa trabajan más de 300 empleados, en su mayor parte civiles, con una edad media de 38 a 50 años. De ellos, el 80% son vecinos de San Martín y entraron a trabajar en la misma a los 16 o 18 años. Parte del personal militar vive en la propia localidad y alguno ha pertenecido a la banda de música, emblema del municipio.

"Ha metido la pata"

Matías empezó a trabajar en la fábrica antes de la guerra civil. En ella desempeñó diversos trabajos hasta jubilarse de encargado y afirma "que no se fabrican armas químicas y nunca hubo problemas ni riesgos".El temido cierre "significaría la pérdida del pueblo", afirma tajantamente el alcalde socialista Juan Carlos Vállega. "Acabaría con 400 puestos de trabajo que aun con un traslado de los trabajadores ya no serían cubiertos por gente de San Martín".

La propuesta presentada a pleno extraordinario el miércoles recoge tres puntos: manifestar al ministro de Defensa la postura del Ayuntamiento de que se haga caso omiso a la petición de cierre, informar a los vecinos de San Martín y de los pueblos colindantes tranquilizándoles de que en La Marañosa no se fabrican armas químicas y mostrar a los trabajadores la solidaridad del Ayuntamiento y su compromiso de hacer todas las gestiones necesarias para que no se lleve a cabo el cierre. Sólo IU votó en contra de lo aprobado.

José, vecino de San Martín que entró a trabajar en la fábrica a los 16 años está tranquilo. Sabe que no hay riesgo de cierre y del diputado Camero opina que se informó poco. "Ha metido la pata", sentencia. "Y ha alarmado inútilmente a la población".

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