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Despertar de un mal sueño

Ramón golea en el Deportivo tras ser desahuciado por los médicos del Racing

Xosé Hermida

Hace apenas tres semanas, los servicios médicos del Racing de Santander le desahuciaron como futbolista. Ramón Vázquez, de 29 años, internacional en tres ocasiones, parecía un jugador condenado cuando tuvo que volver al Deportivo de La Coruña, el club en el que no llegó a debutar. Y de repente, el azar, tan traidor en el último año, se ha puesto de su parte. Veinte minutos de juego frente al Lazio de Roma y la Universidad Católica de Chile han bastado para rehabilitarle como goleador y convertirle en el hombre más aclamado por la afición coruñesa.Corrían los últimos minutos de la final de consolación del Trofeo Teresa Herrera entre el Deportivo y el Lazio cuando Ramón comenzó a calentar en la banda. El público de Riazor le recibió con una enorme ovación, un hermoso gesto de apoyo a un deportista que estaba viviendo una pesadilla.Ramón apenas tuvo tiempo de salir al campo y marcar el gol del empate para el Deportivo. La grada se puso en pie mientras el jugador abrazaba enloquecido a sus compañeros. Luego incluso se permitió el lujo de marcar uno de los penaltis del desempate. El pasado miércoles volvió a repetirse la historia: Ramón entró en los últimos minutos del partido contra la Universidad Católica, y en cuanto olió el cuero, lo alojó en la red contraria. Otra vez ovación y vuelta al ruedo.

"Esto es lo máximo que puede pedir un futbolista", admite el jugador, quien parece aún desconcertado tras un extraño mes en el que ha vivido a caballo entre la gloria y la amargura. "Ver cómo se ha portado la afición, los compañeros, el presidente... es para estar muy contento, por que de pronto las cosas me han empezado a salir estupendamente", añade con incredulidad.El azar se conjuró contra Ramón en el último partido de la Liga 91-92, en el estadio Nuevo Zorrilla de Valladolid. Unos días antes había decidido poner fin a su exitosa etapa en el Sevilla para fichar por el Deportivo, un club que comenzaba a husmear en el mercado en busca de futbolistas que le sacasen de paseo por Europa. Pero aquella aciaga tarde en la que se iba a despedir del conjunto de su tierra, Ramón cayó gravemente lesionado. Y en la rodilla, uno de los puntos más vulnerables de un futbolista.Aunque los médicos le anunciaron que estaría alejado del fútbol durante bastantes meses, el Deportivo respetó su acuerdo verbal con el jugador y Ramón fichó por el club coruñés. Al final se quedó en blanco durante toda la temporada. El resto de sus compañeros vivió el sueño de disputarle al Madrid y al Barcelona el título de Liga mientras el centrocampista andaluz no terminaba de atravesar el desierto.

Tras un nuevo aluvión de fichajes esta pretemporada, el Deportivo decidió prescindir de él y traspasarle al recién ascendido Racing. Para entonces, Ramón tenía tantas ganas de jugar que ya le daba igual donde fuese. En Santander le esperaba aún otro mazazo: después de entrenarse con su nuevo equipo, los médicos le rechazaron porque dijeron que su rodilla no estaba curada.

"Yo me sentía bien, no tenía ningún dolor, pero llegué a pensar de todo, estuve unos días viviendo en la incertidumbre", recuerda el jugador. "Después de leer el informe médico no sabía si tenía la rodilla llena de cosas o qué me pasaba". Ramón señala que ha oído rumores de que los verdaderos motivos de su rechazo fueron económicos, pero asegura desconocer el fondo del asunto. Aunque nunca llegó a pensar que su carrera se había terminado, fue consciente de que su imagen ha bía sufrido un duro golpe: "Al salir todo a la luz pública me iban a considerar una rémora para cual quier equipo". Su futuro empezó a despejarse cuando logró pasar con éxito un exhaustivo examen en la clínica madrileña de Pedro Guillén. Se reincorporó a la plantilla del Deportivo, comenzó a entrenar y en sólo dos partidos amistosos ha podido recuperar la ilusión. Lo va a tener muy difícil para encontrar un hueco en un equipo plagado de talentos ofensivos. "Quiero ponerme en condiciones para que puedan contar conmigo. Y si no juego, que sea porque hay otros mejores".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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