El Gobierno francés plantea reducir el IRPF para fortalecer el consumo

El Gobierno francés ultimó ayer su proyecto de reducción del impuesto sobre la renta que se espera haga público oficialmente el próximo miércoles en el curso de una conferencia de prensa. El primer ministro, Édouard Balladur desea simplificar dicho impuesto, reducir la presión sobre las clases medias y, probablemente, ampliar la base imponible. La reducción del impuesto no debe significar, en total, renunciar a más allá de unos 6.000 millones de francos (138.000 millones de pesetas) de ingresos.

Sin embargo, el margen de maniobra del Gobierno es muy estrecho. El déficit del Estado previsto para 1994 es de 300.000 millones de francos, ligeramente inferior -17.000 millones menos- que el de 1993. La renuncia del Gobierno a los 6.000 millones de francos de ingresos tiene una importante significación política, ya que con ella pretende que no sean las empresas las únicas beneficiarias de su acción: el Estado ha aceptado pagar una parte de las cargas sociales vinculadas al trabajo y ha asumido determinadas inversiones en infraestructuras. El coste total de ese doble esfuerzo es de unos 80.000 millones de francos.Actualmente en Francia pagan impuesto sobre la renta la mitad- de los ciudadanos, que aportan el 25% de los ingresos fiscales del Estado; el 42% corresponde al IVA y el 11 % al impuesto sobre sociedades. La intención del Gobierno Balladur es disminuir la presión sobre quienes ganan menos de 300.000 francos franceses al año (casi siete millones de pesetas). Sin embargo, pretende subir la tarifa a quienes ingresan alrededor de 100.000 francos y que ahora sólo pagan a través de lo que se les retiene, cantidad que disminuiría. Los sueldos más altos no se beneficiarán de la dismininución de la presión fiscal, que se ha cifrado, globalmente, en un 2%.

Se ha dicho, aunque nada de forma oficial, que la iniciativa balladuriana respecto al impuesto sobre la renta buscará precisamente en Alemania el respaldo de una medida parecida, intentando el eje París-Bonn relanzar el consumo popular por esta vía.

La propuesta del Gobierno Balladur puede topar con la oposición, dentro del propio Gobierno, del sector liberal (UDF), que si bien ve con buenos ojos cuanto signifique una fiscalidad menos fuerte, critica en cambio el llamado Plan Quinquenal para el Empleo por considerar que es muy tímido en su desregulación del mercado de trabajo, que ha tildado de "socialde-mócrata". La UDF estima que el mantenimiento de un salario mínimo dificulta la creación de empleo, al igual que las cargas sociales que pesan sobre las empresas o las trabas legales para poder establecer todo tipo de contratos y horarios.

Hace pocas semanas, el primer ministro declaraba que "dada la situación, no es posible pedirles a las empresas que aumenten los salarios. La priorioridad pasa por lograr que, gracias a su menor coste social, dichas empresas no sólo no su priman puestos de trabajo, sino que sean capaces de crear los". De ahí el que queden libres de cualquier carga social determinados nuevos empleos -el número depende de la magnitud de la empresa, el que se favorezcan los contratos temporales y que se quiera computar las horas de trabajo anualmente, para adaptarse a las necesidades de la producción.