Cacho impresiona ante su duelo con Morceli
El gran duelo está servido. El campeón olímpico, Fermín Cacho, contra el campeón y plusmarquista mundial, Nurredine Morceli, mañana a las 17.50 horas. Como testigo, Abdi Bile, el campeón de 1987. "Ojo con él", advierte Cacho. Lo lleva diciendo desde hace un mes y lo repitió ayer. Cada uno de los dos desafiantes ganó su semifinal. Ambos dejaron una estela que hace presagiar una carrera para la historia. Los dos se exhibieron y reparten los pronósticos. Cacho está fortísimo y es un látigo cuando arranca; Morceli tiene altas las revoluciones. La recta final del nuevo estadio Gottlieb-Daimler puede echar fuego cuando la pareja de favoritos sólo tenga una obsesión, dejar atrás al rival y no pueda.Cacho tuvo más oportunidad de impresionar en las semifinales que Morceli. Porque ganó una carrera de las llamadas perras, de esas en las que cualquier atleta puede meter la cabeza a poco que esté listo. Son 1.100 metros de trote y 400 al sprint. Los kenianos, por ejemplo, quedaron eliminados. Había que tomar la iniciativa y demostrar que uno es el mejor. Cuando metió la quinta a falta de 250 metros para la meta, arrancó a la velocidad de la luz. Llegó el primero y era el menos cansado. "Estoy muy bien y rápido", confirmó. "Sigo pensando que puedo ganar".
Hay otro dato que avala la confianza de Cacho. No llegó a sentir temor cuando, tras salir, como siempre, en cabeza, nadie le relevó. Birir lo hizo tímidamente, tanto que tardaron más de un minuto en hacer los primeros 400 metros. Se iba cumpliendo el trámite de llegar hasta los últimos 400 y el grupo trotaba espeso, propicio a tender zancadillas y dar codazos cuando aquello estallara. Esa olla a presión en que se convertía la semifinal respiró cuando Suleiman empezó a correr. Cacho se fue detrás y cuando la pareja abrió hueco, el campeón hizo la curva en estampida. "Es bueno encontrarse bien y cómodo. Eso da confianza. No es que quisiera impresionar, sino sólo evitar problemas porque la gente llegaba muy entera desde atrás". El resultado fue una última vuelta en 52 segundos, arrancando tarde y parándose al final.
La semifinal que ganó Morceli tuvo un desarrollo distinto porque el argelino atacó en progresion. Pancorbo entró en la final por la repesca de mejores tiempos. Cram, el campeón mundial de 1983, quedó último.
Ayer, otros cuatro españoles alcanzaron finales: Maite Zúñiga (1.500), Antonio Serrano y Carlos Adán (10.000) y Arturo Ortiz (altura).
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