La expectativa de caídas de tipos y el alza en Wall Street llevan la euforia a la Bolsa de Madrid
Tanto la Bolsa española como las internacionales vivieron ayer un día de euforia. Los inversores parecen olfatear una mejora de la situación económica que, aunque alargo plazo, puede hacer que las empresas vuelvan a manejar beneficios a finales del año que viene. La condición necesaria para ello, un recorte de los tipos de interés, les parece inminente. La Bolsa de NuevaYork, que rompió por primera vez en su historia el techo del 3.600, arrastró a las demás. La de Madrid consiguió su máximo anual por quinta vez consecutiva al ganar 3,6 puntos y situarse en el 290,46%.
El buen momento que atraviesan los mercados de valores, sin embargo, contrasta con la situación de la economía real, con serias dificultades para encontrar el camino de la reactivación. Los inversores en Bolsa apuestan a largo plazo y cuentan con que las empresas presenten beneficios a finales del año que viene o principios de 1995. "La situación es tal, que podemos asistir a máximos históricos de la Bolsa, mientras los indicadores económicos aún están por los suelos", según Arturo Rojas, de Analistas Financieros Internacionales.A la espera de momentos mejores, los beneficios de los inversores no son extraordinarios. Especialmente para los inversores extranjeros. Aunque el índice de Madrid haya subido un 35% en lo que va de año, las sucesivas devaluaciones de la peseta se han comido la mayor parte de las ganancias.
Pero han hecho más atractiva la inversión en el mercado español para el extranjero, lo que explica la importante entrada de capital que se está produciendo. Ayer se negociaron en Madrid 32.851 millones de pesetas. "A los americanos les cuesta muy poco comprar bolsa española y europea en general", señala José Sevilla, analista de F G Inversiones. Ayer el Banco de España informó que el saldo de deuda pública en manos de extranjeros alcanzó el récord la semana del 13 de agosto al aumentar en 82.770 millones de pesetas y situarse en 3,88 billones.
La pérdida de atractivo de las alternativas a la Bolsa contribuye también a su fortaleza. Las letras del Tesoro a un año, con diferencia el activo preferido por los inversores por su anterior beneficio y liquidez, van perdiendo adeptos a medida que se producen nuevas subastas. Su actual rentabilidad (9,84%), sitúa el tipo de interés real por debajo del 5%, una cifra que reduce al mínimo los riesgos de invertir en la Bolsa.
La situación en Nueva York es muy parecida. La Reserva Federal (banco central de EE UU) ha dejado claro que no piensa subir sus tipos de interés para frenar la caída del dólar frente a la divisa japonesa. Una decisión que los inversores han recibido con júbilo. Y no es para menos. Tienen tres motivos para alegrarse.
Menor competencia
Por una parte, seguirán disponiendo de financiación barata para sus inversiones. Por otra, las empresas japonesas, cada vez más castigadas por un yen fuerte, se enfrentarán a crecientes dificultades para vender sus productos en EE UU y el resto del mundo: menos competencia. "El tema yen / dólar se ha convertido en el motor del mercado", según José Sevilla.
Para rematar, si la Reserva Federal mantiene bajos sus tipos, los fondos de inversión no tienen más alternativa que la Bolsa a la hora de rentabilizar las grandes masas de dinero que manejan. El resultado no se ha hecho esperar. Al cierre de la sesión el índice Dow Jones subía 17,8 puntos y se situaba en el 3.604,8. Francfort ganó un 1,34%, París el 1,58% y Londres un 1,61%.
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