Un jurado declara inocentes de espionaje a los Rosenberg en un juicio simulado
Julius y Ethel Rosenberg, el matrimonio norteamericano que fue declarado culpable de entregar secretos nucleares estadounidenses a la Unión Soviética y ejecutado por ello en 1951, fue declarado el pasado martes inocente, durante una recreación del llamado "juicio por espionaje del siglo".Este juicio, en el que diversos actores interpretaron los papeles de los Rosenberg y otros protagonistas históricos del caso, se celebró en el marco de la convención anual de la Asociación Americana de Abogados, que ha tenido lugar en Nueva York. Durante la vista, que duró un día y medio, tomaron parte, sin embargo, verdaderos abogados, un juez y un jurado integrado por ciudadanos norteamericanos, aunque se observaron las normas legales contemporáneas, y no las que regían hace 40 años.
Contrariamente a los verdaderos Rosenberg, que invocaron el derecho a no autoincriminarse y no quisieron decir si eran comunistas o no, los actores Lonny Price y Tovah Feldshuh, sus sustitutos, admitieron su pertenencia al Partido Comunista, aunque negaron categóricamente haber realizado espionaje contra los Estados Unidos: "De ninguna manera, lo juro. Soy una madre, no una espía", declaró la nueva Ethel Rosenberg.
El presidente del jurado, Michael Dodson, contable de Nueva York, ha señalado que la acusación "no hizo bien su trabajo en aquellos momentos. No había nada que indicara que los Rosenberg eran culpables". También uno de los abogados defensores de entonces, Marshall Perlin, ha declarado que el juez que presidió el juicio y dictó la sentencia de muerte no fue imparcial, pues, entre otras cosas, se había reunido ilegalmente con uno de los fiscales. Jerry Solovy, el organizador de esta recreación, ha dicho que los principales factores en el diferente veredicto entre entonces y ahora radican en el cambio en las reglas de la justicia criminal y en el momento histórico, pues el juicio se produjo en plena guerra fría, con el paranoico frenesí anticomunista de los años cincuenta y la "caza de rojos" del macartismo.
Michael Meeropol, hijo de los Rosenberg, los últimos norteamericanos ejecutados por espionaje, ha declarado sentirse satisfecho con el resultado de este nuevo juicio, aunque, para él, "la verdadera pregunta es qué piensa la opinión pública".-
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