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La policía cree que el arresto de los 'recaudadores' de ETA frustra los planes de recomponer la banda

Responsables de la lucha antiterrorista consideran que la desarticulación de la nueva red de chantajes de ETA, en una operación de la Ertzaintza (policía vasca) dirigida por el juez Carlos Bueren, supone un considerable revés a la recomposición que empezaba a apuntar la banda armada. ETA, aun a trancas y barrancas, había mantenido su presencia criminal con los atentados de Madrid y Levante y el secuestro de Julio Iglesias Zamora. Ahora ha vuelto a ser golpeada en un "punto neurálgico", coinciden fuentes políticas y policiales. La operación contra la trama extorsionadora ha continuado en Francia con tres detenciones más, entre ellas la del presunto etarra José María Dorronsoro.

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La Policía Judicial francesa detuvo, además de a José María Dorronsoro, a su compañera, la mexicana Virginia de las Nieves Avellaneda, y al francés Philippe Rablin, propietario de la vivienda en la que se alojaba el responsable de la red de chantajes, Carlos Almorza Arrieta, Pedrito de Andoain.

La Ertzaintza está investigando la documentación encontrada en los discos de ordenador que incautó en la sede de HB en Bergara (Guipúzcoa) y trata de determinar si algunas de las cartas recibidas por los empresarios, en las que se les reclamaban cifras millonarias, fueron escritas allí.

Según la policía, el grupo controlado por Pedrito de Andoain lo formaban, además de Dorronsoro, los cuatro detenidos por la policía vasca en Vizcaya y Guipúzcoa: Javier Lazkano, Iñaki Arietaleanizbeaskoa, Luis Etxebarria y José Ramón Aretxaga. Las investigaciones de la Ertzaintza han permitido saber que Iñaki Arietaleanizbeaskoa, cabecilla del grupo en el País Vasco, visitó el pasado 28 de mayo la sede de HB de Bergara y salió de allí con dos sobres que fueron introducidos en los buzones de los domicilios de dos empresarios de Beasain (Guipúzcoa).

Una de las misivas estaba dirigida al presidente de la empresa Indar, SA, Juan Cruz Larrañaga, quien ha abandonado el País Vasco por las amenazas de los chantajistas contra su mujer e hijas. Larrañaga fue secuestrado hace 10 años por un grupo de ETA Político-militar. El tipo de letra de la máquina de escribir incautada en las dependencias de Herri Batasuna coincide, según los primeros análisis, con la de las cartas recibidas por los empresarios.

Las finanzas de la banda

Dorronsoro llevaba en el momento de su detención en París, en la tarde del pasado sábado, documentación falsa y una pistola. En su domicilio, la policía halló documentación de ETA que ha sido calificada como "importante" por los investigadores y un ordenador personal que está siendo analizado. Dorronsoro, de 37 años, huyó a Francia en 1987 tras ser identificado por la policía como informador del comando Donosti. La Audiencia Nacional dictó ese año una orden internacional de búsqueda y captura contra él. Expertos en la lucha antiterrorista creen que Dorronsoro tenía actualmente acceso a parte de la información de las finanzas de la banda y de sus relaciones internacionales.

A pesar del éxito de la operación contra la red de extorsionadores, los servicios antiterroristas tienen indicios de una cierta recuperación de la maltrecha economía etarra. La policía francesa ha constatado que varios abogados del país vecino han vuelto a cobrar sus abultadas minutas por defender a dirigentes etarras presos en su territorio. Claire Freyssinet, letrada de Francisco Múgica Garmendia, Pakito, se mostró escandalizada el pasado marzo por que se difundiera que esos letrados cobraban unos honorarios superiores a las 600.000 pesetas al mes, hecho que consideró una violación del secreto profesional. Que ETA haya podido saldar su deuda con estos abogados parece apuntar a que el pago del impuesto revolucionario, en la terminología de la banda, había vuelto a funcionar.

El secuestro del ingeniero Julio Iglesias Zamora, retenido por ETA desde el 5 de julio, tiene un fin más allá del posible cobro de un rescate multimillonario: volver a amedrentar al empresariado vasco, que había perdido el miedo a denunciar ante la Ertzaintza a sus chantajeadores.

Mandos de la lucha antiterrorista estiman que el rescate se pagará tras la liberación del rehén, una vez que la banda arranque un compromiso irrenunciable de la familia del secuestrado, bajo amenaza de asesinato en caso de no, cumplir el trato. ETA sabe que no puede perder este pulso, según el análisis policial. El pago tras la puesta en libertad, además de facilitar a la familia de Iglesias Zamora la labor de reunir el rescate, dificultaría notablemente la vigilancia policial.

La operación contra la red de chantaje ha cerrado, por el momento, los canales de comunicación de la familia de Iglesias Zamora con los secuestradores, según declaró ayer el portavoz familiar, Antonio Elósegui.

La policía opina que ETA sólo dispone de comandos operativos en Madrid y San Sebastián, más el que está atentando en Levante. La quiniela de la cúpula etarra se mantiene inamovible: Iñaki Gracia Arregui, Iñaki de Rentería; Félix Alberto López Lacalle, Mobutu; José Luis López Mitxelena, Orlegui, y Felipe San Epifanio, Pipe.

El etarra José Luis Eziolaza Galán, Dienteputo, que estaba confinado en Lille (Francia), ha eludido la vigilancia policial. La justicia francesa denegó su extradición a España por defectos en la documentación enviada por la Audiencia Nacional.

Finalmente, los cuatro integrantes de un grupo de apoyo a ETA detenidos esta semana en Guipúzcoa han ingresado en prisión por orden del juez Bueren.

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